Niño de ojos tristes.

265 35 5
                                    

Ivan miró por sobre el hombro a las personas a su alrededor, todas y cada una de ella recostadas en el suelo. Por supuesto ninguno estaba en peligro pero Ivan no podía correr riesgos, subiendo a una silla en la administración y notando el reciente mensaje donde lo buscaban es que borro todo y mirando el lugar frunció el ceño en sus jóvenes facciones, no… quien buscaba no estaba aquí.

Es fácil ignorar la mayor parte de las cosas en el mundo, es fácil centrarse en su búsqueda, debe darse prisa antes de que el problema se haga más grande, solo debía buscar el origen y podría volver a dormir, dormir era lo mejor, así él también dejará de sufrir.

No podía mirar de más o iba a querer quedarse y eso estaba mal, porque él no pertenece aquí.

Así que fácilmente volvió a escapar, corriendo por las calles mientras la gente se preparaba para celebrar año nuevo. Siente pronto un pequeño tirón, ¡Ahí está! Ivan se gira, puede sentirlo, la presencia ominosa y maligna que escapó de su cárcel eterna, Ivan corre con sus pequeños pies entre la gente.

Pero su cuerpo infantil es ineficiente y choca con alguien cayendo de espalda.

— ¡Oh! Lo lamento, pequeño, ¿Estás bien? — Ivan siente que no puede respirar cuando levanta la cabeza, un rostro que es familiar, ¿Dónde? Ivan sabe que su cabeza estaba dañada solo con el propósito de no caer en la tentación. Se levanta y sacude su ropa.

— Lo lamento. — Sé disculpa antes de irse.

Puede escuchar al joven llamarlo a lo lejos pero no se detiene. Atrás se queda el joven parado, sintiéndose inquieto por alguna razón.

— ¿Alastor? ¿Estás bien? — Una linda chica se acerca.

— Si Rosie, es solo…— Su amiga lo mira esperando una respuesta, una que no llega.

— ¿Decías?

— ¿Sobre qué? — Alastor la mira como si no supiera de qué habla y ella piensa que está bromeando con ella así que resopla y se van. Nadie mira al niño, nadie parece notarlo, nadie lo recuerda.

Las calles son frías a pesar de no estar vacías, la respiración se corta y Ivan se esconde en un callejón, sus ojos mostrando un profundo dolor, tomando aire sabe que se queda sin tiempo antes de que entes superiores noten su maligna presencia.

Corre una vez más, el tirón es más fuerte, más doloroso y casi se cae cuando lo encuentra, una figura aparece en su visión, es familiar y lo sabe, Fizzarolli está ahí, sus ojos brillan mientras se acerca y está por tomar su mano aliviado, este lo mira y antes de que reacciones Ivan a retirado la impureza de su alma.

Su cuerpo tiembla y se tambalea mientras Fizzarolli lo mira.

— ¿Estás bien? — Pregunta y parece que por un segundo lo reconoce pero Ivan mueve su mano y sus recuerdos se van. Se gira para alejarse de él, todo está en orden otra vez, Ivan cierra los ojos una vez más mientras se deja engullir por la oscuridad misma.

El sueño de su prisión lo obliga a dormir en un sueño eterno, el frío lo acuna y lo castiga por sus actos atroces y Ivan sueña, sueña en un mundo donde puede estar al lado de los que ama.

En el cielo todos parecen haber olvidado al misterioso niño, todos celebran el año nuevo, todos ríen y disfrutan su vida sin preocupación. Un verdadero final feliz para… ¿Todos? No… no todos…

Ivan…

Ivan…

¡IVAN!

Alguien lo llama, grita su nombre con dolor, pero Ivan vuelve a dormir, está cansado de ser la única criatura impura en el mundo, la única cosa maligna viva, ha pasado mucho tiempo… nadie vendrá por él, quiere morir pero no debe por que es el guardián del mal. Su cuerpo es el recipiente perfecto para encerrar la maldad del mundo, así que debe seguir durmiendo, la prisión que él mismo creó, una de la que no saldrá jamás se siente tan fría y dolorosa, por que es el único que recuerda, las múltiples historias de todas las almas vivas. 

El Hijo del Infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora