El lunes me desperté con un dolor de cabeza fatal. Revisé mi celular, los números me anunciaban las cinco de la mañana, todavía me quedaba un par de horas para afrontar mi cruel destino, sin embargo, decidí levantarme. Las luces de la habitación me hicieron recordar que habían pasado toda la noche velando mis pesadillas, el sudor de mi cuerpo me hizo pensar que quizás tuve fiebre por la crisis que sufrí. Fui hacia el baño y me miré al espejo, mi reflejo me mostró que era un reverendo desastre, me puse algo de agua en el rostro para tratar de alejar a los monstruos de mis pesadillas, no obstante, no funcionó, sabía que el verdadero miedo lo vería en carne propia durante el primer minuto del curso.
Me metí en la regadera, el agua poco a poco me hizo sentir mejor. Mientras me duchaba me prometí que en cuanto saliera de la habitación, dejaría encerrados en esta mi ansiedad y mis peores temores, no podía presentarme a la capacitación con el aspecto de una demente. Me esmeré en arreglarme como nunca, sabía que aunque tratara de evitar lo inevitable, era el momento de enfrentarme al hombre causante de todos mis males, así que me comprometí a demostrarle en su hermoso rostro que a pesar de que había roto mi corazón, no arruinó mi vida, no me permitiría mostrarle lo que realmente era en ese instante, le enseñaría una yo serena, optimista y feliz, cómo lo lograría no tenía la menor idea, a pesar de ello no podía darle el gusto de verme en pedazos, quería que viera que lo estaba superado, aunque no fuera cierto.
Luego de arreglarme con un traje blanco que me hacía lucir fantástica, me dirigí hacia el salón en donde sería el curso. Fui de las primeras en llegar ya que me había saltado el desayuno, debido a que tenía un nudo en el estómago que no me permitió comer nada desde el día anterior.
Después de hacer el correspondiente registro y con una taza de café, me encaminé hacia mi asiento. Me acomodé en la mesa y respiré profundamente. Los demás participantes comenzaron a llegar, el salón empezó a llenarse, yo mantenía mi vista hacia la mesa, sabía que no necesitaba verlo para saber cuándo él ya se encontrara en el lugar, durante el tiempo que habíamos pasado juntos, aprendí a sentir su presencia sin necesidad de que mis ojos lo vieran.
Entonces dio inicio el evento, mi mente se sentía nublada, confundida, hasta el momento no había sentido su llegada, dudaba que fuera a llegar tarde, era la persona más puntual que conocía, le molestaba hacer aquello. Pensé que tal vez ya estaría ahí y no noté su arribo. En el transcurso de la capacitación de vez en cuando volteaba disimuladamente para buscarlo, sin embargo, no lo localizaba, para mi mala suerte había tanta gente que por el momento no me permitían verlo, me propuse que para el descanso de diez minutos que nos darían, aprovecharía para averiguar aquella incógnita que me consumía en silencio.
Cuando menos lo esperé llegó el tan ansiado receso. Lentamente las personas se levantaron y salieron del salón para acercarse al Coffe Break. Me paré y revisé, no había señales de ese hombre angelical con sonrisa de demonio. Salí del salón y caminé un poco buscándolo, tampoco estaba ahí, esto me confundió más, no podía creer que no se encontrara en el evento, pues era costumbre que cada año lo eligieran para dar una ponencia. Mi mente comenzó a dar vueltas, me recargué en una mesa por unos segundos para no caer, cuando me sentí mejor fui hacia el baño y ahí respiré profundamente varias veces, me acomodé el saco y regresé a mi lugar. Aunque hacía todo el esfuerzo posible por poner atención, mi mente estaba muy ocupada haciendo miles de hipótesis sobre el paradero de mi peor pesadilla.
Durante la hora de la comida fui a mi habitación a descansar, seguía sin poder comer nada, y luego regresé al curso. En cuanto se terminó el primer día de trabajos, volví a mi cuarto a encerrarme como la loca que era. Me metí en la cama y me dejé llevar dentro de nuevas pesadillas, en las que el protagonista de mis tormentos hacía su aparición estelar y en cómo yo sin dudarlo volvía a caer ante sus sagrados pies.
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Simplemente yo
Romance"Él había sido el amor de mi vida. Yo le había dado todo lo que era, mis días buenos, mis besos, mi tiempo, mi cuerpo, y ahora todo se resumía a nada, a un punto muerto." Katherine era una chica que vivía solamente para una persona, su mundo giraba...