ESTADO DE MÉXICO
Capítulo 21
Día 140 sin ti
Llegué demasiado cansada a la central de autobuses de Toluca. Me regañé mentalmente por hacer aquel viaje, en ese instante debía de estar en mi hogar sin batallar por un recorrido de cinco horas, pero para ser sincera si me hubiera quedado en casa, lo más seguro es que estaría en mi cama con un bote de helado de chocolate viendo las películas que a él tanto le gustan. O quizás ya estaría ebria en algún bar evitando llamarle por celular.
La idea de ponerme ebria no sonaba tan descabellada, quizás luego de acomodarme en el hotel podría comprar una botella de vino tinto, sin embargo, sería poco práctico de mi parte embriagarme cuando solamente estaba a cincuenta y dos minutos de la Ciudad de México, en donde probablemente mi peor pesadilla estaría.
Debía confesar que encontrarme en Toluca era demasiado tentador, pues estaba a unos cuantos pasos de mi tortura. Tal vez por esa razón mi mente con engaños me hizo elegir ese destino para pasar el puente largo.
Mientras refunfuñaba en mi trayectoria al hotel, me decía que no entendía el por qué seguía viajando si había comprobado de que eso no funcionaba, únicamente estaba gastando mi dinero por nada. Quizás tenía la esperanza, en lo profundo de mi alma, de que en alguno de esos viajes encontrara por fin la paz que buscaba.
Me registré en la recepción y en seguida de aventar mi maleta a la mitad de la habitación, me dirigí hacia la primera vinatería para comprar vino tinto.
Me valió por completo lo que pudiera pasar después de la segunda copa, de hecho, creo que por eso lo estaba haciendo, quería un pretexto para llamarle y que él fuera hasta donde me encontraba. No sabía si aquello iba a funcionar, pero no me importó, así que regresé a encerrarme al hotel con una botella de dos litros, puse la música que me recordaba a ese hombre y cuando menos pensé ya llevaba la mitad del vino vaciado en mi boca.
No supe en qué momento me quedé dormida, lo que sí puedo decir es que acabé haciendo lo que no quería hacer, puesto que luego de aproximadamente cuatro meses le llamé a mi tortura. En medio de mi borrachera esperaba que me contestara. Y aunque no sabía qué iba a decir al escuchar su voz, no veía más allá de marcarle, no pensaba en qué pasaría cuando me respondiera.
Afortunadamente mi ángel de la guarda hizo su trabajo y mi pesadilla no me contestó. Me quedé tumbada boca arriba sobre la cama, sin quitarme la ropa y con el celular en una de las manos. Lentamente sentí mis ojos pesados y tirando la botella ya vacía al suelo, me quedé dormida con los ojos hinchados de llorar.
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Simplemente yo
Romance"Él había sido el amor de mi vida. Yo le había dado todo lo que era, mis días buenos, mis besos, mi tiempo, mi cuerpo, y ahora todo se resumía a nada, a un punto muerto." Katherine era una chica que vivía solamente para una persona, su mundo giraba...