GUANAJUATO
Capítulo 11
Día 73 sin ti
Suspiré varias veces, el dolor de cabeza acaparaba todos mis sentidos, mientras me esforzaba en contemplar el espléndido paisaje al pasar. Cerré un rato los ojos en espera de que la pastilla que me había tomado minutos antes hiciera efecto. Pensé que aquella no era la mejor manera de empezar mi segundo viaje luego de mi poco disfrutado encuentro con Colima, sin embargo, después de sufrir otra crisis de ansiedad en casa, decidí volver a intentarlo, pero en esta ocasión en Guanajuato.
La elección sobre cuál era el sitio indicado para mi segundo intento, no fue tomada desapercibida, y tras una larga búsqueda, escogí esa ciudad porque en mi primera visita, hacía mucho tiempo atrás, me quedé profundamente enamorada del lugar, así que ahí me encontraba dándome una segunda oportunidad. Esta vez me prometí disfrutar del viaje, no podía volver a pasar lo de Colima, contaba con toda mi disposición para lograr que mi estancia en Guanajuato fuera memorable.
A pesar de ello las cosas no estaban resultando como lo había planeado. Esperaba que al arribar a mi destino la situación cambiara, y desgraciadamente eso sólo dependía de mí.
El camión se detuvo en la Central de Autobuses. Esperé unos minutos a que los demás pasajeros bajaran, ya que quería darme mi espacio antes de empezar con mi travesía. Al dar mi primer paso sobre tierras guanajuatenses, el dolor de cabeza desapareció, y una gran emoción me embargo por completo.
Presentí que me iría bien en ese viaje, porque en el pasado me había tardado un día y medio para sentir esa misma emoción que ahora tenía. Tomé un taxi que me llevó a mi hotel, el cual se ubicaba literalmente a una cuadra de la plaza principal. En seguida de asignarme mi habitación, dejé mis cosas y con mi sombrero, lentes de sol y con mis ilusiones de la mano, comencé a recorrer las mágicas calles de Guanajuato.
La magia de ese lugar me cautivó por completo, sin pensarlo me encontré sonriendo y asombrándome por todo. Agradecí estar ahí, en ese momento entendí que había escogido bien mi destino, puesto que estaba resultando de maravilla.
En el camino me topé con un puesto para comprar tours por la ciudad, y después de obtener boletos para tres recorridos turísticos, seguí mi camino adentrándome en callejones de ensueño, disfrutando los colores de los edificios y suspirando por su belleza.
Durante mi travesía callejera, busqué un restaurante en el cual comer, y después de elegir uno que me convenció, me senté en una de las mesas del exterior a disfrutar de la hermosa vista que me regalaba el Jardín de la Unión. Aguardé en ese sitio a que se hiciera la hora para mi primer paseo, pues mi recorrido inicial era sin más ni menos que para la famosa callejoneada.
Al hacerse las siete de la noche únicamente caminé unos cuantos pasos para acercarme al punto de encuentro del tour, la explanada del Templo de San Diego, sitio en que empezaría el recorrido. Como llegué algo temprano, me senté en las escaleras en lo que iba llegando la demás gente que estaría en el evento. En mi estómago sentí que algo se movía en el interior, se trataba del nerviosismo que tenía, no obstante, esto no apagó mis ánimos, al contrario, la adrenalina se apoderaba de mí.
Al otro extremo de dónde me encontraba, me topé con la mirada de un muchacho. Me sonrojé cuando nuestras miradas se cruzaron. Él me sonrió. Sin saber cómo, instintivamente levanté la mano como saludo, el cual fue respondido de la misma manera. Bajé la mirada al suelo. ¿Qué era lo que hacía? Cuando quise volver a mirar hacia el sitio en que se localizaba el chico, los integrantes de la estudiantina que realizarían la callejoneada se interpusieron en mi camino, ya que el recorrido estaba a punto de iniciar.
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Simplemente yo
Romance"Él había sido el amor de mi vida. Yo le había dado todo lo que era, mis días buenos, mis besos, mi tiempo, mi cuerpo, y ahora todo se resumía a nada, a un punto muerto." Katherine era una chica que vivía solamente para una persona, su mundo giraba...