AFTON | La trágica historia del hombre morado | William y Clara Afton

Capítulo 33💜

Un día en la tarde que William volvía del trabajo, se sirvió un poco de wisky, era momento de festejar, llegaron miles y miles de quejas de los padres de sus victimas casi tumbando las puertas de Freddy's diciendo que sus hijos desaparecieron allí y estaban convenciendo a la comunidad de hacer justicia, pues no creían en los argumentos de la policía.

Los investigadores decían que en el restaurante no encontraron nada que encontrara culpable al personal laboral, no obstante, sus padres no creían eso y exigían que se hiciera justicia contra el restaurante.

Henry cerró el restaurante en lo que las habladurías se callaban y lograba resolver las demandas hacia el restaurante. Por eso iba a festejar, su fase 2 funcionó ahora solo falta matar a Emily.

De trago en trago se acabo dos botellas y comenzó a bailar a medida que la borrachera se le subía. Incluso se bailaba imaginándose a su linda esposa con él, como cuando ella vivía, como cuando tenían tiempo todas las noches y bailaban sin parar, olvidando los problemas, concentrándose en ellos mismos.

Ebrio se terminó cayendo en el sofá y entre risas se levantó yendo a su habitación; besar a Ballora, bailar solo en la sala imaginándose a Clara y ser viudo ya le esta afectando. Compréndanlo, tiene tres años sin contacto físico y quiere darle un desestres a su cuerpo.

Al llegar a su habitación, chocó con el buró de su cama, al levantarlo el cajón con sus objetos cayeron y ahí vió la carta de su hijo. Acomodó el cajón en su sitio con las otras cosas y se quedó mirando la carta un momento, ya sea por su estado o lo que sea, no miró la carta con coraje como antes y decidió leerla.

Carta de Michael:

Padre, para cuando leas esta carta yo te tendré muchos días fuera de tu vida. Sí, soy consciente que estás odiándome y no leerás esta carta en el instante. No busco justificarme por nada, tu me lo advertiste y yo no te escuche, la vida intentó hacerme ver la verdad por las buenas y tampoco quise entender, entonces lo hizo por las malas.

Sé que soy el peor hijo, él peor hermano, el peor en todo. Estúpidamente, buscaba tu atención de la manera equivocada. Desde que mamá murió, yo me convertí en la nana de mis hermanos y conmigo solo hablabas para preguntarme si hicieron la tarea, si Evan tomó sus medicinas, si hay comida en casa, si ya pasé por ambos y llegamos a casa. Solo para eso hablábamos. Entonces, fue inevitable que me sintiera desplazado como hijo.

Inclusive llegué a pensar si los hermanos mayores ya no reciben tanto amor como antes, si era normal que no fueran tan queridos a medida que crecen. Tuve mucho conflicto con esa cuestión y para mi era confirmable cuando veía lo cariñoso que eras con mis hermanos. Lizzie no era tanto problema, todos la consentiamos. Pero sí sentía celos de Evan, ya que al ser varón lo querías y a mi no.

Yo te intenté ayudar padre; los preparaba para ir a la escuela, los peinaba, les hacía desayuno, ordenaba su uniforme; iba por ambos para irnos a casa, les ayudaba con su tarea aunque a veces no le entendiera, les hacía almuerzo y cena; limpiaba la casa. En fin, y no te lo estoy cobrando, sé que no fue fácil para ti, sé lo que te hacía el tío Henry y espero que la golpiza que me diste a mí, también se la des a él.

Hice las cosas mal, cuando no soporte la exclusión me cobijaron malas amistades y a Evan ya no lo trataba bien y no ocultaba mi resentimiento hacía ti. Yo quería saber si también era importante para ti, quería que me preguntarás cómo estoy, cómo me fue en la escuela, algo. Quería sentirme tu hijo de nuevo. Podía seguirte ayudando con la labor del hogar siempre y cuando me demostraras el afecto que me demostrabas antes.