Capítulo 31💜

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Perder a Clara le rompió el corazón, perder a Evan le rompió el alma y con tan solo 4 días después, al llegar de su infernal trabajo, Elizabeth le dijo que Michael se había ido de casa porque se internó en un hospital de salud mental, no tuvo fuerzas para despedirse, sólo dejó una carta para Lizzie y otra para su padre.

William con la carta de Michael en sus manos suspiró con molestia y guardo la carta en su buro. No le interesaba leerla.

Ahora que su hijo se fue, solo quedan él y Lizzie. Al menos ya no tiene que fingir y tampoco deberá ir a llevarlo a un colegio militar, él se fue por su cuenta. ¿Va a ir a visitarlo? No, por ahora no y en el futuro quizás lo haga, quizás.

William tiene otros objetivos en su mente que se describen con una sola palabra. Venganza.

En su habitación, hizo un cambio radical. Tiró sus pastillas antidepresivos a la basura y colocó una pizarra donde pegó una foto de Charlotte, de Freddy's y de Henry. El plan es dejar libre a la bestia dormida y que esta devoré a todos los que han sido una calamidad en su vida. Ya no piensa en los riesgos de liberar su verdadero yo, no le interesa hacerlo. Solo quiere ver cenizas, fuego y la caída del que lo hizo villano.

 Solo quiere ver cenizas, fuego y la caída del que lo hizo villano

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"Lo intenté pero siempre soy el malo. Antes era necesidad, ahora es por venganza. Vuelvo a ser el villano, tu me creaste y yo voy a destruirte"

......

En el trabajo, William no disimulaba lo mucho que odiaba su trabajo. Siempre tenía una actitud ruda, indiferente y negativa. Nadie se salvaba de su comportamiento, si lo que buscaba es sembrar el miedo, lo consiguió. Los chefs le hablaban con temor, los meseros preferían no hacerlo enojar e incluso los niños, le temían.

En poco tiempo, los niños criaron miedo a su figura ya que cuando tiraban la soda al suelo o se peleaban dentro de la pizzería. William los separaba y los regañaba hasta hacerlos llorar, no le importaba si sus padres estaban presentes o no, él regañaba a los niños y cuando los padres querían decirle algo a Afton, él les decía: "si no te gusta ponle más atención a tu monstruo. No es mi trabajo pero aquí estoy. Si no le pones un alto yo lo haré".

E increíblemente, aun con su mala actitud, las visitas no disminuían.

Fue entonces que cuando los niños hacían problemas y veían a William cerca, como no se sabían su nombre, le decían "Hombre Morado". Cada que se acercaba entre ellos se avisaban de su presencia: "¡Ahí viene el Hombre Morado, cuidado!".

Se convirtió en un símbolo de pavor para todos y quedó tan marcado que aparecía en los dibujos de los niños. Como un sujeto completamente de morado y ojos azules tan claros que parecían blancos.

 Como un sujeto completamente de morado y ojos azules tan claros que parecían blancos

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AFTON | La trágica historia del hombre morado | William y Clara AftonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora