Capítulo 37💜

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Cuando Afton pudo calmarse, los dos se pusieron de pie, estaban abrazados aún y habían dejado de sollozar.

Sus ojos brillaron viendo la calida sonrisa de su esposa.--- Mi amor, dime que no es un sueño. Dime que no caí en las ilusiones de Charlie y sigo en el sótano.

Sonrió negando con la cabeza.--- No es mentira, esto es real. Estoy aquí y siempre estuve a su lado. Siempre estuve presente y ya nada va a separarnos.--- acarició de nuevo el rostro de Afton.

La miró con tristeza.--- Lamento haberte mentido, lamento no haberte dicho que tenía problemas en mi cabeza y el pasado tan oscuro que tenía atrás. Nunca fui una buena persona, intenté ser alguien normal pero esto que soy me persiguió sin importar lo mucho que lo reprimida.

Si bien, eso la mantuvo en preocupación, angustia y molestia mucho tiempo. Pero, ahora solo quiere que estén juntos, lo que su marido hizo en vida no es para excusar pero, veamoslo de esta manera, ¿quién iba a soportar tantos golpes? Tantas desgracias y brutales decepciones.

--- En este mundo no va a ser un problema que seas de esta forma.--- ya en la muerte que más da. Decía mientras mantenía su fuerte cercania.

Sentir su aroma, su piel, su cabello, su aliento y mirar sus ojos esmeralda es la bendición que le sumió en un calvario muchos años por no tenerla a sí lado.

--- Sé que no lo merezco pero por favor concédeme un baile más mi amor.--- extendió su mano.

Y ella gustosa aceptó.--- Por supuesto, mi vida.

Para cuando Puppet llegó con los hijos de Clara (porque a fuerza querían ir con sus padres). Al llegar los tres se quedaron boquiabiertos, sin poder creer lo que veían. Frente a ellos están William y Clara con apariencia humana como cuando vivían y estaban casados.

Ahí estaban, bailando concentrados y totalmente conectados en un ambiente de romance y pasión como si nada malo hubiera ocurrido.

Charlie nunca creyó ver a Afton así. Tampoco creyó que de verdad se amarán con esa fuerza, puesto que pensaba que ese hombre no tenía corazón. Por otro lado, los niños estaban casi a las lágrimas de felicidad viendo a sus padres bailar con la apariencia que ellos recuerdan. Primeramente, humanos, segundo, felices con su mirada brillante sin prestar atención al rededor, enfocada solo en ellos mismos.

Al terminar de bailar, William se acercó besando a Clara. El beso fue mágico, profundo e intenso, sus labios bailaban y se movían solos. Literalmente se besaron con hambre uno por el otro, tenían ganas de estar cerca, lo deseaban y después de 3 años, lo están viviendo.

En un momento del beso volvieron a su verdadera forma, Clara regresó a su apariencia de Ballora y William a su apariencia de guardia de seguridad morado.

Al detenerse, los niños corrieron hacia ellos.

--- ¡Papi! / ¡Papá! ---. Gritaron los dos.

William al verlos los recibió en sus brazos.--- ¡Mis niños! ¡Pequeños, están aquí! Perdónenme, merecían algo mejor, no fui buen padre. Por favor, sé que hice todo mal pero los amo, los amo con toda mi alma.

Afton lloró teniendo a sus hijos de frente acariciando sus caritas y su cabello apreciando que ellos también adoptaron las características físicas de sus animatronicos. Evan y Elizabeth le hicieron mucha falta en su vida, eran sus niños chiquitos, sus amores y al perderlos sintió que le arrancaron el corazón y le desgarraban el alma con las uñas.

--- Papá, no estamos enojados contigo.--- los dos no se apartaban de su padre.

Le siguió Elizabeth.--- Sí papi, nosotros te estábamos esperando con mamá y no es tu culpa lo que pasó, nosotros nos buscamos esto por desobedecer.

AFTON | La trágica historia del hombre morado | William y Clara AftonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora