Capítulo 9

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"Mi paraíso."

Lucifer se arrodilla, llorando mientras sostiene aquel único brillo en el vacío oscuro. No puede ver nada más que el brillo a quien adora con tanto amor como puede.

Sus pulgares acarician las mejillas de su brillo, tratando de darle cariño y consuelo, cosas que él mismo no puede recibir.

–Shhh, esta bien, mi querida manzanita, esta bien.-- Habla con susurros al pequeño brillo.

Sus ojos se abren de par a par cuando de repente el brillo silencioso comienza a llorar. Él no sabe que hacer, nunca antes había tenido esa clase de problemas. Esta más desesperado, ha intentado de todo pero nada a funcionado. El pequeño brillo sigue llorando y ahora puede notar como poco a poco se va apagando.

Se siente tan impotente.

Su pequeño brillo se está apagado, su única luz estaba por desaparecer. Justo cuando sus lágrimas son más amargas y el brillo está apunto de apagarse, un nuevo brillo aparece.

El otro brillo flota sobre su cabeza hasta llegar a su pequeña manzanita que parpadea casi sin luz. Esta por alejarla a su pequeña de aquel invasor, pero se detiene. El otro brillo toma iniciativa tomando al pequeño brillo y en cuanto están juntos, ambos brillan intensamente.

No puede creer lo que ve, frente a él están los brillos más intensos que jamás había visto.

El lugar antes lúgubre y oscuro empieza a tomar color. El pequeño brillo toma la forma de una bebé de cabellos rubios y el otro brillo toma la forma de una mujer más alta. La mujer toma entre sus brazos a la bebé mientras ambas ríen.

Ante sus ojos esta su Edén. Su propio paraíso. Su luz.

La mujer se repente voltea hacia él, con una sonrisa feliz que se pone algo preocupada al verlo.

–Señor Lucifer, ¿Porqué llora?-- Pregunta ella con su hermosa voz.

Lucifer lleva su mano a sus mejillas notando como están mojadas. No se había dado cuenta en que momento había empezado a llorar.

–Oh... No es nada.-- Responde tratando de sonar convincente.

Baja la mirada para que la mujer no le mire.

Algo suave frota sus mejillas, limpiando sus lágrimas. Nota de inmediato la mano con ese tono de piel tan perfecto, ¿ella estaba tratando de consolarlo?

La mano se aleja luego de terminar su labor, pero Lucifer no quiere que se vaya, la quiere cerca, la necesita.

Con su mano propia toma la de ella, internamente se ríe cuando nota el pequeño temblor por parte de ella, pero en el exterior él sólo admira la pequeña mano que sostiene y lo perfecta que encaja con la suya.

–Tienes manos pequeñas...-- No era realmente el comentaría que hubiera querido decir, pero él también estaba algo nervioso.

El recuerdo se desvanece, dejando atrás solo una cálida sensación. Había estado feliz en aquel entonces, junto a las dos personas más importantes en su vida.

¿Cómo era que había caído tan rápido ante aquella pecadora? Sólo quería que cuidará de Charlie y nada más, pero luego empezó a disfrutar pasar tiempo con la pecadora.

No se había dado cuenta de lo mucho que la quería hasta ahora.

En la mente de Lucifer pasan los recuerdos de los momentos que había pasado junto a su querido TN, desde la primera vez que la vio y casi la asesina por tocar a Charlie hasta el de esa mañana misma donde había dejado un beso en la frente de su bella durmiente antes de irse de la mansión. Para el fueron decenas de horas en recuerdos, pero para el mundo exterior el rey del inframundo se había quedado durante un largo minuto mientras miraba la puerta de su mansión con los ojos abiertos.

Los empleados paralizados del miedo no habían movido ni un músculo. Todos miraban a Lucifer con temor.

Hay un montón de emociones pasando por su mente; miedo, incertidumbre, tristeza e ira. Ira. Esta enojado.

Sus ojos amarillentos se tornan rojos y unas protuberancias crecen en su frente a modo de cuernos. Se estaba transformando a su forma demoníaca.

Más rápido de lo que pueden ver, Lucifer ya esta parado delante de sus empleados. Toma a la jefa por el cuello y la levanta hasta estar mirándose a los ojos.

–¿No te había pedido específicamente que no la dejarás salir?-- Pregunta en un tono para nada feliz.

–L-lo intente. E-ella si..mplemente s-salio corriendo.-- Explica con lágrimas en los ojos. –¡L-le supl..ico m-misericordia, s-señor!

Lucifer bufa dejando que una gran cantidad de aire caliente salga por su nariz, luego suelta a la empleada que cae pesadamente sobre el suelo.

–Todos ustedes están despedidos.-- Informa.

–¿Eh? ¿Qué?-- Balbucean los empleados.

–¿No escucharon? ¡Largo antes de que decida hacer algo más que solo despedirlos!-- Amenaza.

Los empleados salen disparados del lugar con algunos llorando de miedo y otros todavía en shock como para reaccionar completamente.

Cuando Lucifer se encuentra completamente sólo, se derrumba.

Cae sentado al piso y se abraza a sus piernas comenzando a llorar. Su corazón y confianza, rotos una vez más.

–¿Qué hice ahora?-- Murmura para si mismo mientras solloza. –¿Tan malo soy?

Se mece hacia adelante y hacia atrás, dejándose hundir en sus lágrimas y dolor. Puede sentir como nuevamente todo a su alrededor vuelve a ese oscuro vacío.

Su cabeza se levanta cuando escucha un llanto proveniente de la planta superior de la mansión. Reconoce a quien pertenece por lo que rápidamente sube las escaleras y se dirige a la habitación. Al llegar con Charlie la toma entre sus brazos y empieza a mecerla.

–Ya, ya.-- Murmulla mientras acaricia su cabeza. –Tranquila, manzanita, papá está aquí.

Charlie para de llorar, pero aún puede escuchar sus sollozos tristes.

–Ma... ma... mamá.-- Charlie llama.

Lucifer abre los ojos con sorpresa. Era la primera palabra de Charlie.

Cierra nuevamente sus ojos con fuerza, sintiendo sus lágrimas picar.

–Ella no está aquí.-- Contesta tristemente.

Ambos se abrazan en su dolor, tratando de consolarse mutuamente. Luego de un rato Charlie se duerme, pero Lucifer permanece abrazado a ella como si fuera a desvanecerse si la soltaba.

Tuvo que tomarse su tiempo antes de finalmente dejar a Charlie en su cuna, quien aún murmuró "mamá" mientras se acurruca abrazándose a sí misma. Lucifer mira a su hija con tristeza. No quería verla así, le dolía más que nada.

Era la segunda vez que los abandonaban a ambos.

Lucifer sale de la habitación de su hija, cerrando la puerta detrás de él y luego quedándose parado en el pasillo. Aunque a mansión nunca había sido muy ruidosa, siempre había una que otra risa o la voz de TN siempre estaba sonando desde alguna parte. Ahora en completo silencio se puede dar cuenta de lo realmente vacía que está la mansión.

Casi por instinto empieza a caminar hacia la habitación continua a la de Charlie, habitación perteneciente a TN. Abre la puerta y entra notando todo en perfecto estado. Todas las cosas están en su lugar.

La mirada de Lucifer se dirige a un mueble dentro de la habitación, no hay nada en particular con el mueble, pero sobre este se puede apreciar el hueso de una manzana completamente deborada. Toma entre sus dedos los restos de fruta y la observa durante unos momentos.

–Está bien, Charlie.-- Murmura fríamente. –Papá traerá de vuelta a mamá.

Deja el hueso de manzana donde estaba y da un último a la habitación.

–No está vez.-- Habla decidido para después cerrar las puertas con fuerza.

[Fin del capítulo 9]

Por alguna razón || Lucifer x T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora