"Tu alma y la mía."
Las puertas dobles se abren de repente, todos tienen que entrecerrar los ojos debido al fuerte viento que entró. Por el lugar empezaron a flotar plumas rojas y blancas, una de esas plumas voló hacia donde estabas y cayó sobre tu rostro haciéndote cosquillas. Tomas la delicada pluma roja entre tus dedos y la inspeccionas apenas unos segundos.
Pasos se escuchan entrando, pero se detienen de repente. Cuando subes la mirada para averiguar quién ha llegado te quedas paralizada al ver a Lucifer ahí, el mismo también se ha quedado completamente hecho de piedra y con su mirada puesta sobre ti. Puedes sentir como además de Lucifer todos los demás tienen su mirada sobre ti, pero solo te interesa ver la reacción del monarca.
La respiración de Lucifer parece más errática a cada segundo y su pupila rojiza está bastante dilatada. No quieres pensar en tu propia expresión porque es probable que seas un desastre. Ya te habías preparado mentalmente para enfrentarte a Lucifer, pero la aparición de Carmilla te había dejado muy vulnerable.
— Lucifer. — Dices con nerviosismo. El de estatura más baja se había quedado completamente callado, pero al escuchar tu voz da un respingo grande de aire.
Lucifer empieza a caminar lentamente hacia ti, extiende su mano con intención de alcanzarte, pero ni siquiera logra caminar un metro cuando es interceptado por Alastor.
— Su majestad, es un honor poder conocerlo al fin. — Dice. — Me inclino ante su grandeza.
Alastor hace una reverencia burlona y tú sólo puedes desear que Lucifer lo mate de una buena vez. Sin embargo el ángel caído sigue mirándote fijamente, es como si no creyera que estuvieras ahí realmente.
— ¿Su alteza? — Alastor llama nuevamente, molesto porque Lucifer lo haya ignorado completamente.
— Un momento por favor. — Lucifer dice, aun sin dedicarle mirada a Alastor.
Te sientes muy nerviosa cuando Lucifer vuelve a caminar hacia ti, esta vez esta siendo mas rapido y en cuestión de segundos ya están parados a pocos pasos el uno del otro. Tú aún tienes la pluma roja entre tus manos y la estas apretando contra tu pecho en un vano intento de calmar las palpitaciones de tu corazón. Ni siquiera entiendes porque estas tan nerviosa, Lucifer es solo tu jefe, no deberías estar tan nerviosa por verlo después de tanto tiempo.
— ¿E-estas...? — Lucifer tartamudea mientras trata de decir algo.
— ¡Su alteza! — De repente es interrumpido.
Carmilla se acerca y se pone entre Lucifer y tú. Ves como ella está tensa, trata de protegerte aunque parece demasiado nerviosa por hablarle así a la persona más poderosa del infierno.
— Su alteza, se lo imploro... — Carmilla dice y se pone en una rodilla. — Por favor, perdone a mi hermana.
Lucifer parece visiblemente confundido y sorprendido.
— ¿Qué?
— No se que hizo mi hermana para que esté tan enojado con ella, pero por favor perdonela.
Carmilla se inclina completamente para quedarse a los pies de Lucifer. El ángel caído solo mira en silencio a la overlord, luego dirige su mirada a ti y devuelta a Carmilla.
— ¡Bravo! ¡bravo! Que linda muestra de amor fraternal. — Alastor habla en voz alta, con claras intenciones de llamar la atención.
El demonio de la radio camina con aires de grandeza hasta estar enfrente de Lucifer, con esa comparación de estaturas puedes darte cuenta de que tan bajito es en realidad Lucifer.
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Por alguna razón || Lucifer x T/N
FanficLos detalles son confusos. No recuerdas claramente como terminaste trabajando en la mansión Morningstar, pero terminaste siendo niñera de la hija de Lucifer. ¿El rey del infierno tiene una hija? Si, y aparentemente eras una de los pocos que lo saben.