Capítulo 2

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"Hasta que se sienta en los huesos"

Caminas con cautela por las peligrosas calles infernales, esquivando como puedes a los pecadores y tratando de no llamar la atención. Usas callejones y atajos para evitar las calles principales, si te llegan a atrapar mueres... o peor.

Divisas entre los condominios de apartamentos el tuyo y entras, no sin antes darle una mirada al recepcionista que ahora no era más que un mísero esqueleto de lo que alguna vez fue alguien.

Tocas la puerta tres veces y entras, es una pequeña clave que tienes con tu compañera de piso para asegurarse de que son ustedes.

--Bienvenida a casa, TN.-- Oyes la voz desde alguna parte del apartamento.

Gritas una respuesta mientras te sacas los zapatos y los lanzas por ahí. Al momento siguiente ya estas echada en el sillón, suspirando mientras el sillón abraza tu espalda.

--Hola, Carmi... ¿Cómo estuvo tu día hoy?-- Preguntas a tú compañera, cuyo cabello blanco se deja ver un momento siguiente desde la habitación continua.

--Excelente..-- Ella sonríe. --Hemos logrado ganar territorio... incluso se unió alguien.-- Explica mientras se sienta a tu lado.

--Eso... Wow... ¿Enserió existe alguien así en el infierno?

--¡Por supuesto que si!-- Exclama con emoción. --Se llama Zestial, es muy amable y muy poderoso. Gracias a él logramos robarle una parte de territorio a uno de los Overlords.

Miras a Carmilla con una mirada entre sorprendida y preocupada. Para nada era sorpresa que Carmilla se había vuelto muy poderosa e influyente, impulsada por el deseo de tener un lugar seguro para las dos. Eran casi como hermanas.

--Estas segura de que... no sé... ¿El realmente es bueno?-- Preguntas, preocupada por ella.

--Por supuesto...-- Murmura bajo mientras se rasca la mano.

--Carmi... ¿Qué hicis...

--¡Dejemos de hablar de mi!-- Interrumpe antes de que puedas decir algo. --¿Dónde estuviste?

Te muerdes la lengua. Aún no le habías dicho a Carmilla que trabajas en la mansión Morningstar, no sabías como reaccionaría si se entera.

--Anduve... por ahí. Ya sabes...

--Aja...-- Carmilla suspira. --Deberías ser más responsable. Hay muchos demonios peligrosos haya afuera, sin mencionar las purgas.

Sientes un escalofrío en la espalda ante la mención de las purgas. Había sido justamente en una donde habías conocido a la otra pecadora. Era un recuerdo aterrador, pero al menos había salido algo bueno de eso.

De repente sientes la mano de Carmilla sobre tu hombro, en una especie de consuelo a tu angustia.

--Esta bien... aún faltan un par de meses.-- Informa ella, con un tono de incertidumbre en su voz.

--Si.-- Murmuras mientras te pones de pie. --Eh... yo... Carmi, me iré a dormir. Ha sido un día bastante duro.-- Mencionas mientras te vas de la habitación.

--Esta bien... descansa.

[...]

--¡En fila todos, bola de alimañas inútiles!-- El grito de la pecadora retumba en los oido de todos, logrando que los empleados estén parados en una fila perfecta.

Nuevamente había iniciado otro día de trabajo, otro día. Estaban por asignar las tareas como cada mañana, pero había algo raro. Después de ordenar que se pusiera en fila, la jefa de empleados se coloco en una de los extremos y permaneció en silencio.

Por alguna razón || Lucifer x T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora