Por alguna razón || Lucifer x T/N

Capítulo 17

"T/N"

Lo primero que pensaste al despertar fue que algo saldría muy mal. Esa constante sensación de que algo iba a suceder y no te iba a gustar permaneció durante toda la mañana, incluso esos otros dos esclavos del demonio de la radio lo notaron. Nifty y Husk vieron tu nerviosismo, pero sólo Nifty se atrevió a preguntar.

— ¿Qué sucede, reina? — preguntó la pequeña demonio.

Nifty parecía genuinamente preocupada y no era para menos, en esas dos semanas que habías estado cautiva habías creado una especie de vínculo con la cíclope. No eran amigas, para nada, pero ambas se apoyan mutuamente, después de todo estaban en una situación similar.

— Estoy nerviosa. — Respondes con sinceridad.

— Es comprensible, irás a una reunión con todos los overlords del infierno. — Comenta.

Pensar en que estarás en una pequeña sala llena de los demonios más poderosos del infierno te pone la piel de gallina, pero no puedes simplemente negarte a ir, menos cuando el jodido demonio de la radio tiene tu alma.

¿Tiene tu alma? ¿Cómo ha sucedido?

Los recuerdos borrosos se aclaran. Cuando huías del barrio caníbal y fuiste atrapada por Alastor peleaste contra él para tratar de escapar, lógicamente no pudiste ni quiera hacerle cosquillas, Alastor en cambio te dejo al borde de la muerte.

En tu visión entrecortada aparecieron los zapatos elegantes de aquel imbécil. No pudiste hacer otra cosa que maldecir en voz baja mientras sentías como tu sangre y vida se drena velozmente.

— Pareces estar en una situación complicada, querida. — Alastor se burla.

— Jo... J-jodete. — Logras decirle.

— Hmmm... Esa no es una buena manera de hablarle a la única persona que puede salvarte ahora. — Menciona y aunque no puedes verlo si puedes imaginar la enorme sonrisa que tiene.

Te muerdes el labio mientras inútilmente tratas de detener el sangrado. Carmilla te había enseñado lo básico de cuidados médicos, pero dudas en que un torniquete sirva de mucho contra la enorme cortada que tenías en el torso.

Alastor te ve luchar por detener el sangrado en silencio. Su enorme sonrisa ha sido reemplazada por un semblante en blanco.

— Esto me trae recuerdos. — Dice con cierta nostalgia. — Sería más entretenido si gritaras de dolor.

Estás tentada a hacerlo, pero no quieres darle el gusto. Prefieres comer mierda antes que hacer algo que le dé satisfacción a ese cabrón.

Sientes que estás en las últimas. Empiezas a toser sangre y el dolor se hace cada vez más intenso. Sin poder evitarlo comienzas a llorar, cosa que hace al demonio mostrar una sonrisa torcida.

— Aww, no llores, querida. — Alastor habla con voz dulce y se agacha hasta donde estás tirada para tomarte del rostro y hacer que lo veas directo a los ojos. — Todo estará bien. — Te dice mientras limpia tus lagrimas con sus pulgares.

Empiezas a temblar de rabia y dolor. Desde lo más profundo de tu corazón solo deseas golpear a Alastor, pero no puedes, no puedes hacer nada que no sea llorar.

— Hagamos un trato. — Menciona de manera juguetona. — Tú firmas un pequeño papelito entregándome tu alma y yo muy amablemente te perdonaré la vida.

— ¿Q-quién t-te... crees... que eres? — Gruñes, escupiéndole sangre en el rostro.

— Soy tu única salvación de la muerte. — Habla con voz fría. — Firma el contrato y vive o muere aquí como la basura miserable que eres.