Capítulo 8

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"Pesadillas reales"

Recordar la última vez que tuviste tanto miedo es fácil; Acababas de llegar al infierno luego de una dolorosa y extraña muerte. En aquel momento no supiste siquiera como reaccionar, habías creído que estabas atrapada en una pesadilla. Una pesadilla muy real.

Nunca habías sido una persona muy creyente y a veces te preguntas si esa fue la razón por la que acabaste ahí abajo, pero una vez que llegaste solo hubo una conclusión. Todo era real.

Tu muerte había ocurrido hace alrededor de unos cinco años. Recién aparecida lo primero que sucedió fue que casi fuiste devorada por criaturas salvajes del averno, luego estuvieron los pecadores, pero sin duda los peores fueron los siempre venerados ángeles.

Apenas habías entendido lo que eran los exterminios, solo sabías que los ángeles bajaban al infierno a hacer algo. En tu ingenuidad habías pensando que ellos podrían ayudarte, que había sido un error haber llegado al infierno, pero cuando los ángeles llegaron y trataste de acercarte viste en carne propia la diferencia entre esos ángeles y los demonios con los que habían convivido, ninguna. Casi mueres asesinada por esos llamados ángeles, más bien monstruos, pero una mujer extremadamente ágil y poderosa te había logrado salvar y te había llevado a un lugar seguro.

No sabías porque te había salvado aquella pecadora, no tenía motivos para hacerlo y habría sido simplemente mejor no arriesgarse así por una desconocida.

–Deja de darle tantas vueltas y agradece estar viva.-- Había dicho ella cuando notó esa mirada persistente de incertidumbre en ti.

–Por... ¿Por qué?-- Preguntaste sin entender. –¿Por qué me salvaste?

Ella no respondió a tu pregunta y hasta el día de hoy era todo un misterio el porqué Carmilla te había salvado, pero desde aquel entonces se habían vuelto más que amigas, una familia. Siempre la viste como una hermana mayor y ella se acopló bastante rápido en el papel. Te enseño a defenderse, escabullirse y esconderse, pero jamás llevó el entrenamiento mas haya. Cuando quedó claro que no seguiría con el entrenamiento, fue que Carmilla se obsesionó con deshacerse de los overlords y tomar su lugar. Carmilla quería un lugar donde jamás sería necesaria utilizar todo lo que te había enseñado.

Carmilla era una de las personas más importantes en tu vida y perderla sería peor que perder tu misma vida, por eso ahora, a plena calle te encuentras totalmente desprotegida corriendo hacia el piso que compartias con aquella hermana mayor, esperando desde el fondo que tu corazón y rogando a Dios después de tantos años que te ayudará. Querías llegar y abrazar a Carmilla, pero mientras más te acercabas a tu destino más se hacía evidente que eso no pasaría.

Ruinas, todo eran ruinas. El pequeño territorio que alguna vez había pertenecido a tu hermana mayor ahora se había reducido a ser nada más que escombros y cadáveres putrefactos. Con el corazón encogido llegaste hasta el edificio donde solías vivir, que ahora estaba derrumbado.

–No... no... no no no no.-- Hablas cada vez más desesperada mientras buscas entre los escombros, esperando que el cadáver de Carmilla no estuviera ahí.

Los ladrillos y los metales te hacen daño en las manos, pero no hay dolor físico que te impida seguir buscando.

Se empieza a hacer de noche y no encuentras nada bajo los escombros, ni siquiera tus cosas o las de Carmilla. No hay oportunidad de seguir buscando, seguir durante la noche seria un suicidio considerando lo peligroso que es.

Sales de los escombros y vuelves a la calle, . Quieres regresar a la mansión, pero para tu mala suerte ya hay otros demonios buscando entre la suciedad algo de valor. Tratas de que no te vean, pero haces ruido y ellos te localizan. No hay más opciones, así que corres mientras la turba te sigue.

Por alguna razón (Lucifer x T/N)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora