Capítulo 32

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"Tú y nadie más"

La última vez que lo había visto con una sonrisa tan pura y sincera, con esos ojos llenos de vida y amor fue cuando apenas era un bebé que usaba una de sus alas como un chupete. Pero ahora, cuando Lucifer veía a esa mujer, no le quedaba dudas a Sera que estaba totalmente enamorado.

La verdad era que en la reunión la opción de darle a Lucifer esa unión que había estado pidiendo había ganado únicamente por un punto, el suyo.

Sera se impresionó bastante cuando Lilith interrumpió en la sala del consejo llevando a rastras a San Pedro que estaba hecho nervios. Como fue evidente a los demás mandos no les gusto para nada esa interrupción y comenzaron de inmediato a sermonear a la mujer que de por si no era muy querida. Lilith había ignorado a todos los demás ángeles y se había dirigido directo hacia ella.

— ¡Tenemos testimonios que apoyan la petición de Lucifer! — Declaro, haciendo que todos los demás ángeles de alto rango se vean sorprendidos.

De inmediato los murmullos y las miradas de sospecha se dirigieron hacia ella; "¿Cómo se había enterado?" era la pregunta principal y no tardaron en hallar al culpable oculto y temblando detrás de la alta mujer rubia.

— ¡¿Qué tratas de decir?! — Exclama alguno de los muchos altos mandos.

— La petición que rechazaron, tenemos testimonios a favor. — Vuelve a repetir la mujer, poniéndose firme ante las miradas duras de todos. — Hay amor en esto no solo por conveniencia.

— ¿Qué tratas de hacer, mujer? — Interroga otros de ellos de manera despectiva.

— Trato de que les den esa unión matrimonial. — Dice con obviedad, poniendo los ojos en blanco ante ellos.

— ¿Quieres apoyar el matrimonio de Lucifer con otra persona? — Cuestiona alguien al fondo, riéndose de forma burlona. — Primero nos ruegas de rodillas para que la cría maldita que engendraste nazca viva y ahora vienes aquí a pedirnos que unamos de forma oficial a ese traidor con otra desagradable pecadora... No puedes caer más bajo.

— Y pensar que alguna vez te adoramos como la hermosa primera mujer.

Lilith aprieta los puños, pero su expresión permanece imperturbable. Aún continúa viendo fijamente a Sera y la arcángel le regresa la mirada de igual manera.

— ¿Qué testimonio tienen ustedes dos? — Cuestiona Sera, obteniendo miradas sorprendidas de sus compañeros por que realmente estuviera creyendo en las palabras de Lilith.

— Lucifer se le ha confesado a esa mujer. — Lilith declara, dando un paso más cerca de Sera. — Ha abierto su corazón... Ellos se aman Sera.

Era como si nadie más estuviera ahí adentro, Lilith solo hablaba con ella, tratando de convencerla.

— Lo vi en sus ojos... Ese brillo que solo mostraba cuando era un ángel.

No supo si creerle a Lilith. Ella no tenía ninguna razón para apoyar la relación de esos dos, es más, en cierto modo le convenía más que eso no sucediera. Sin embargo, ahí estaba la primera mujer, parada en frente diciendo un montón de aparentes incoherencias al aire.

— E-es c-ci..cierto... — Tartamudea San Pedro, saliendo de detrás de Lilith para ver a Sera. — L-lucifer pa...parecía m-muy enamorado y e-ella tam..también.

San Pedro a pesar de tartamudear y estar temblando como una gelatina se plantó frente a Sera y los demás ángeles, aunque de inmediato empezó a sudar y volvió a esconderse detrás de Lilith.

— ¡¿Cómo puedes estar apoyándola?! — Alguien le grita a San Pedro, provocando que el hombre se oculte entre el largo cabello rubio de la mujer más alta.

Por alguna razón || Lucifer x T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora