"Ella, la que reparo"
— ¡¿Por qué carajos hiciste un trato con un pecador?! — La reina mosca brama, molesta.
Te ocultas como reflejo detrás de Lucifer. Sientes por puro instinto que no será nada agradable cuando los otros tres grandes señores demonios se enteren de la verdad, sobre como básicamente por tu culpa Lucifer se vio obligado a firmar un trato con Alastor que volvía al demonio de la radio prácticamente inmune al monarca.
Lucifer siente como te ocultas detrás de él. Te ve de reojo y te dedica una pequeña sonrisa tranquilizadora, sabes que no dejará que te hagan daño, pero temes aún por lo que podría pasarle a él.
El monarca se gira hacia sus hermanos, soltando un sonoro sonido de frustración. Sabe muy bien que los sucesos ocurridos en aquella desastrosa reunión de overlords se ha vuelto demasiado ruidoso para seguir ignorandolos, pero él había querido que tardará un poco más en llegar, que al menos le diera más tiempo para pasar con sus chicas. Sin embargo, queda claro que eso no pasará.
Los pecados miran inquisitivos el actuar de Lucifer, vamos, que no era ningún secreto para ellos que el hombre gustaba de aquella pecadora (Solo ustedes dos, aparentemente). Aunque hay algo que les resulta sospechoso y es que a pesar de haber pasado tanto tiempo con Lucifer y vivir bajo su techo, no le tenias miedo, a diferencia de ellos, demonios mucho menos poderosos que el jodido monarca.
— Les contaré... — Lucifer habla, distrayendo a los demonios de sus sospechas al menos un momento. — Pero deben prometer que me escucharan de inicio a fin antes de actuar.
— Hablas como si fuéramos a atacarte... — Beelzebub se cruza de brazos. — O a ella...
La mirada de Lucifer se vuelve dura. Si bien él es un bromista y un payaso por naturaleza, hay ciertos momentos en los que le disgusta demasiado las bromas, este momento es uno de ellos.
— Prometemelo, de lo contrario arrastrare sus miserables cuerpos de vuelta a sus propios círculos. — Amenaza.
Los tres demonios se ven entre ellos, comunicándose algo solo con la mirada. Saben que Lucifer sería incapaz de dañarlos y no porque no pudiera, sino porque no es su forma de actuar, sin embargo ahora está a la defensiva y ellos son considerados una amenaza para su familia.
Deben aceptar y controlar sus maneras impulsivas de actuar, a menos que quisieran terminar inmoderados.
— Lo prometemos. — Dicen al unísono.
Lucifer suspira, viéndose aún más cansado que las veces anteriores. Empieza a guiarlos hasta la enorme sala, lo suficientemente grande para tres demonios de más de dos metros de altura. El monarca les indica donde sentarse, en un largo sillón. Lucifer se sienta en un sillón individual delante de ellos y tú te quedas parada a su lado.
— Antes de empezar me gustaría presentarles a TN. — Lucifer habla, apuntando con su mano hacia ti. Muestras una sonrisa nerviosa y les saludas como puedes agitando la manos. — Ella es... la madre de Charlie.
La respuesta de Lucifer provoca diversas reacciones. Como de costumbre te sonrojas, aunque ya no tanto debido a que has empezando a acostumbrarte al honorífico. Los demonios en cambio enarcan sus cejas, más confundidos que sorprendidos.
— Creí que los pecadores no podían tener hijos. — Mammon comenta, por primera vez tomando seriamente el asunto desde que llegó. — Tú mismo lo has dicho muchas veces.
— No pueden... — Lucifer afirma la declaración. — Tn no es madre biológica de Charlie, pero ha estado cuidando de ella como una hija. Además, Charlie la considera su madre. — Informa. — Y yo también la considero así. — Admite, con una pequeña pero sincera sonrisa.
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Por alguna razón || Lucifer x T/N
FanfictionLos detalles son confusos. No recuerdas claramente como terminaste trabajando en la mansión Morningstar, pero terminaste siendo niñera de la hija de Lucifer. ¿El rey del infierno tiene una hija? Si, y aparentemente eras una de los pocos que lo saben.