"Canto ancestral"
Intentas que tu cerebro no colapse, hay cientos de pensamientos revoloteando al mismo tiempo, junto con las fuertes sensaciones de pánico e incertidumbre.
La pequeña Charlie está jugando con un patito de peluche en la alfombra, tú estás junto a ella, viéndola jugar.
Después de que Lucifer te dejara a solas con la bebé, no sabías muy bien que hacer. Había pasado todo tan rápido que apenas habías captado sus palabras cuando el ya no se encontraba cerca.
Lo peor sin duda fue descubrir que estabas encerrada en la habitación, aparentemente la puerta estaba bajo la magia del amo y señor de todo el infierno, ya que cuando habías intentado abrirla habías sentido que la perilla ardía.
Para tu suerte, Charlie no era ruidosa, solo hacía pequeños balbuceos y sonidos incoherentes cuando morida sus juguetes.
--Mierda...-- Murmuras mientras te muerdes una uña, producto de la creciente ansiedad.
No había ventanas en la habitación, ni un reloj que te dijera la otra. Solo podías guiarte de los instinto para averiguar cuando tiempo había pasado. Sin dudas Carmilla hiba a estar preocupada si no llegabas.
Dejas lo que haces cuando escuchas los balbuceos de Charlie amenazar con convertirse en llanto. Al parecer la pequeña demonio estaba necesitada de atención.
Tomas a Charlie y empiezas a mecerla, viendo como ella bosteza y empieza a cerrar sus ojitos. Justo cuando ella estaba por dormir, la puerta se abre de golpe.
Charlie se asusta, empezando a llorar.
--¿Qué sucede?-- Había sido Lucifer quien había entrado y ahora te interrogada con voz dura.
--L-la desp..erto c-con la puerta.-- Informas de manera nerviosa.
Lucifer parece avergonzado, ya que se encoge un poco en su ya de por sí baja estatura.
--Oh...-- Es lo único que dice, mientras esta vez cierra la puerta increíblemente lento.
Tardas tu tiempo, pero Charlie deja de llorar. Habría sido más rápido si no fuera porque la penetrante mirada de Lucifer estaba justo sobre ti.
--¿H-hay algo en.. lo que m-me necesite?-- Lucifer sale de su trace en las las palabras.
El demonio más poderoso se aclara la garganta antes de chasquear los dedos y hacer que una pluma y papel aparezcan de la nada.
--Dime lo que necesita un bebé, todo, no omitas ningún detalle.-- Informa él, preparándose para escribirlo.
--¿Eh?
Lucifer frunce el ceño. --¿Acaso no me escuchaste?-- Dice irritado.
--¡N-no! Es d-decir, si. Escuche.
--¿Entonces? Comienza ya. No tengo todo el día.
Tragas saliva.
--Estuve revisando la habitación...-- Confiesas, desviando la mirada solo por si acaso la declaración enojara a Lucifer. --Bebés como Charlie necesitan pañales adecuados, aunque dudo que haya algo así en el infierno. Ella también necesita leche y la comida tiene que estar triturada ya que no tiene dientes aún...
La lista siguió durante un rato. A medida que pasabas hablando, se notaba como hablabas con más seguridad, aunque fuera de manera inconsciente. Para cuando habías acabado de explicar cosas que creíste que eran las suficientes, Lucifer ya tenía dos papeles llenos.
--¿Eso es todo?
--A-ah... si, señor.
La pluma en la mano de Lucifer se disuelve en fuego, mientras guarda los papeles con la lista de cosas que la pequeña Charlie iba a necesitar.
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Por alguna razón || Lucifer x T/N
FanfictionLos detalles son confusos. No recuerdas claramente como terminaste trabajando en la mansión Morningstar, pero terminaste siendo niñera de la hija de Lucifer. ¿El rey del infierno tiene una hija? Si, y aparentemente eras una de los pocos que lo saben.