"Al cielo"
Es imposible que no estés nerviosa por la situación. A pesar de tus mayores esfuerzos no logras calmar las palpitaciones de tu corazón y no es debido a que estás suspendida en el aire a varios metros del suelo, siendo abrazada fuertemente por Lucifer, sino más bien estás asustada porque sabes exactamente a dónde se dirigen.
Tu respiración empieza a ponerse pesada mientras más cerca están de aquel edificio brillante en el centro de la ciudad pentagrama.
Despertaste a media madrugada por el ruido de la puerta siendo golpeada brutalmente. Eso había sido espeluznante, pero por suerte Lucifer había estado ahí para auxiliarte. El te habia dejado en la habitación, segura, mientras él iba a investigar el origen de aquel sonido. Cuando Lucifer no volvió en casi una hora pensaste en bajar para averiguar por ti misma que pasaba, pero entonces Lucifer volvió diciendo que no había nada de qué preocuparse y que volvieras a dormir.
Ahora estás aquí, a mitad de camino hacia uno de los lugares que juraste jamás irías.
No es que tuvieras miedo a muchas cosas, estar en el infierno tiene como consecuencia darle a sus habitantes algunas bolas, pero uno de los pocos lugares a los que no te atrevías ni siquiera a ver era aquel edificio que servía como torre de conexión con el cielo.
Tu experiencia con criaturas del cielo jamás fue grata. El único ángel al que no le temes es Lucifer, pero él ya no formaba parte del cielo.
Sientes como la velocidad del vuelo empieza a disminuir, además de que van en descenso lo que significa que han llegado a su destino.
— Llegamos. — Oyes que te avisa, pero estás demasiado ocupada cerrando los ojos para siquiera tratar de bajarte de los brazos del ángel.
Lucifer no trata de hacer que lo sueltes, al contrario, te abraza con más fuerza y de manera protectora, lo que sirve para que puedas calmarte un poco.
— Sé que no quieres estar aquí y yo tampoco quiero... — Lucifer te dice, mientras acaricia tu espalda en señal de consuelo. — Pero no tenemos otra alternativa.
Tragas saliva de manera audible antes de bajarte de los brazos de Lucifer. Aún sostienes su manos de manera firme, pero al menos ya estás dispuesta a caminar por tu propia cuenta.
Lucifer empieza a caminar por el lugar, cruzando por varios pasillos hasta llegar a una habitación casi completamente vacía.
— Doce en punto. — Murmura viendo un único reloj colgado en la pared.
De repente frente a tus ojos empieza a brillar una llama de color blanco de la nada. La llama se expande hasta ser más grande que tu y Lucifer juntos, entonces la llama toma forma parecida a la de un espejo. Te das cuenta después de eso que se trata de un portal y el lugar al que lleva te hace sudar frío.
Lucifer nota tu nerviosismo y aprieta tu mano.
— Está bien, estoy contigo y no dejaré que nada te pase.
Las palabras y la sonrisa de Lucifer te tranquilizan, pues saben que son verdaderas y sinceras.
Tomas una gran bocada de aire y después la sueltas, antes de asentir. Lucifer entiende lo que quieres decir y da un paso adelante, entrando al portal que los llevaría al cielo.
[...]
El brillo te ciega durante unos minutos, por lo que te ves obligada a cerrar los ojos con fuerza para evitar quedarte ciega. Cuando los vuelves a abrir no puedes evitar soltar un jadeo de sorpresa ante lo que ves.
Unas enormes puertas doradas se alzan delante de ti, rodeadas por inmensas y suaves nubes blancas. Viendo hacia tus pies te das cuenta que también estas parada sobre nubes, lo que es una sensación extraña ya que te sientes hundir sin realmente estarlo haciendo.
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Por alguna razón || Lucifer x T/N
FanfictionLos detalles son confusos. No recuerdas claramente como terminaste trabajando en la mansión Morningstar, pero terminaste siendo niñera de la hija de Lucifer. ¿El rey del infierno tiene una hija? Si, y aparentemente eras una de los pocos que lo saben.