"Tu propia medicina"
— Oh, yo solo quería avisar que me encontré a estos dos tipos... Dicen llamarse Carmilla y Zestial, aunque no estoy seguro si son ellos.
En cuanto escuchaste al pecado de la lujuria mencionar el nombre de tu hermana subiste la mirada para tratar de buscarla de manera desesperada. Afortunadamente, no tuviste que escudriñar mucho la zona ya que Carmilla misma se acercaba al lugar, acompañada de no muy lejos por Zestial.
La mujer más alta se acercó al lugar, observando con dureza el paisaje a su alrededor hasta que su mirada captó la débil silueta de su hermana en el piso. De inmediato Carmilla comenzó a correr hacia ella, no dándose cuenta o tal vez no importándole que estuviera en presencia de algunos de los seres más poderosos de todo el infierno.
Apenas ves a Carmilla acercarse y sientes unos cálidos brazos rodearte con fuerza, casi asfixiandote y arrancando también un chillido de dolor por la repentina presión en tu magullado cuerpo.
— ¡Perdoname! ¡Lo siento! ¿Qué te...? ¡¿Qué te pasó?! — Las preguntas de Carmilla no tardaron en llegar como una cascada mientras ella te revisaba de pies a cabeza, analizando el daño y casi desmayándose cuando vio la masa de sangre y carne colgando desde donde debería estar tu pierna. — ¿Qué te pasó? — Ella vuelve a preguntar, mirándote con ojos asustados.
— Alastor fue lo que pasó. — Admites con una mueca, viendo al cuerpo de Carmilla tensarse y sus manos apretarse en puños.
— ¿A-alastor? — Carmilla habla, sorprendida. — Pero se supone que tenían un trato... ¡¿Por qué te hizo esto?!
— Tranquila, Carmi. — Hablas de manera calmada para tratar de tranquilizar a la histérica mujer. — Ya todo se ha acabado... Derrotamos a Alastor, Carmilla.
— ¿Lo derrotaron? P-pero... ¿Como? ¿Él está muerto? — Ella cuestiona, tanto sorprendida como asustada. — Si él está muerto, ¿Porque estás tú aquí? Creí que si él moría tú...
— Alastor no está muerto... No todavía. — Lucifer informa, metiéndose a la conversación y haciendo que Carmilla se de cuenta de su presencia por primera vez desde que ella apareció. — Ese contrato con Alastor está roto, lo que significa que si muere ya no afectará en nada a TN.
— ¿Ustedes...? ¡¿Cómo es que ustedes lograron romper un contrato de sangre?! — Carmilla interroga, impresionada.
— Jeje, pues... Eso es historia para otro momento. — Balbuceas nerviosa mientras juegas con tus dedos índices. — Hay muchas cosas de las que aún no te has enterado.
Carmilla voltea lentamente y entrecierra los ojos en tu dirección. Ella parece estar a punto de hacerte el interrogatorio más duro y largo de la historia, pero lo que sea que hubiera dicho murió en su garganta cuando el sonido de pasos acercándose se escuchó cada vez más cerca.
La mirada de todos se posó en la silueta tambaleante que se acercaba lentamente. La figura de Rosie fue visible al poco tiempo, lo que hizo que Carmilla se pusiera en pose defensiva. La mayor parecía un perro rabioso a punto de atacar, pero una mano firme de Lucifer la detuvo de hacer cualquier acción precipitada.
— No la ataques. — Lucifer ordena, a lo que Carmilla responde frunciendo el ceño y apretando los dientes.
— Ella es una traidora... Me ataco a mi y a mi gente. — Carmilla replica, viendo con enojo al más bajito. — Está aliada con Alastor... ¡No puedo simplemente no hacer nada después de todo lo que hizo!
— Ella fue manipulada por Alastor, como lo ha hecho con todos los demás. — Le informas a tu hermana, mientras ves con tristeza a Rosie. — Ella no es más que una víctima de todo esto.
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Por alguna razón || Lucifer x T/N
FanfictionLos detalles son confusos. No recuerdas claramente como terminaste trabajando en la mansión Morningstar, pero terminaste siendo niñera de la hija de Lucifer. ¿El rey del infierno tiene una hija? Si, y aparentemente eras una de los pocos que lo saben.