"Mi hogar"
— Tenemos que irnos. — La voz de Carmilla resuena en la habitación.
Luego de que Alastor se fuera de una manera para nada dramática todo había quedado en completo silencio. Carmilla había sido la primera en recuperarse y como la mente rápida que era lo primero que pensó era que debían salir de ahí lo antes posible.
Alastor se había vuelto una amenaza demasiado grande y si él pudo ganarle al mismo Lucifer solo con un contrato, seguro que podría ganarle a ella o a Zestial. La ciudad pentagrama corría ahora un gran peligro y ya no era segura.
Carmilla se levanta de su silla y se apresura a tomarte de la mano, también agarra a Zestial y empieza a jalarlos fuera de la habitación. En los pensamientos de la pecadora tenía planeado buscar armas y algunos suministros lo suficientes por lo menos para un mes en lo que emigraban a otro círculo. Ya tenía todo planeado e incluso conocía a algunos que podrían hacerle el favor de llevarlos, lamentablemente Carmilla no considero a Lucifer en esa ecuación.
— ¿A dónde crees que te la llevas?
Lucifer mira a Carmilla con la mirada oscurecida. No está de humor, oh cielos que no está de humor.
Carmilla suelta tu mano y la de Zestial para luego ponerse en una pose defensiva. Zestial mira a Carmilla como si estuviera loca. Ahora entendía que Carmilla no estaba bromeando cuando dijo que pelearía contra Lucifer si era necesario.
— Nos vamos. — Responde con voz fría.
— Claro que no, ella viene conmigo.
La habitual actitud infantil y juguetona de Lucifer ha desaparecido por completo, en este momento él está actuando justo como te lo imaginabas antes de conocerlo. Cuando lo ves a los ojos ni siquiera estás segura si estás viendo al mismo amable y cariñoso padre o al peligroso y sanguinario monarca.
Los afilados zapatos de Carmilla brillan por un momento, al mismo tiempo que el destello rojo del fuego aparece en los ojos de Lucifer.
Mierda, que iban en serio.
Decides actuar antes de que pase a mayores y una de las dos personas que amas termine herida. Corres y te pones en medio de ambos con las manos extendidas hacia cada uno de ellos, tu presencia parece apaciguarlos y por un momento logras distinguir como la mirada enojada de Lucifer desaparece.
— ¡Basta ambos! — Gritas, mirando de manera desaprobatoria a Carmilla y Lucifer.
— ¡¿Qué crees que haces, idiota?! — Carmilla te grita. Muy pocas veces te ha insultado, principalmente lo hace cuando está muy estresada o cuando considera que estas haciendo algo en extremo estupido, que en este caso es ambos.
— Carmilla, escucha... — Reduces tu tono para tratar de calmar a tu estresada hermana mayor. — Hay una buena explicación para esto, pero no podré decirte si nos vamos.
— ¡¿No eres consciente del peligro en el que estamos?! Alastor es una amenaza e incluso a engañado a Lucifer. Si el tiene tu alma ligada es peligroso que nos quedemos en la ciudad pentagrama. — Trata de explicar.
Dudas durante un momento, pero decides que ha sido suficiente de estar huyendo.
Siempre has estado huyendo. Huyendo del peligro y de todo aquello que consideras demasiado como para enfrentarlo. Si no hubieras huido del grupo de pecadores hace tiempo no te hubieras perdido, no hubieras llegado al barrio canibal y no hubieras conocido a Alastor. Si no hubieras huido nada de esto estaría pasando, pero el hubiera no existe y lo único que queda es armarte de coraje para enfrentar las consecuencias.
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Por alguna razón || Lucifer x T/N
FanfictionLos detalles son confusos. No recuerdas claramente como terminaste trabajando en la mansión Morningstar, pero terminaste siendo niñera de la hija de Lucifer. ¿El rey del infierno tiene una hija? Si, y aparentemente eras una de los pocos que lo saben.