Vampira adolescente (terminada)

Capítulo 35: Te quiero idiota

Estuve en el baño con Emily durante media hora, tratando de levantarle un poco el ánimo. Al principio ni me miraba, estaba perdida en sus pensamientos, observando un punto fijo en una esquina. Luego de varios minutos comenzó a reír de mi torpeza. Le dije que ya era tiempo de salir y arreglar las cosas con Alex.

Abrimos la puerta y del otro lado ,en mi habitación se encontraban Neci y el Señor Nutella -así le dice Emi- sentados en el piso con sus celulares, pegados a las pequeñas pantallas.

– Alex – dijo Emily tímida  –¿Podemos hablar?– respiró.

– Sí, mientras no traigas un cuchillo entre tus manos todo bien.– Alex le sonrió.

– Bueno ,pueden hablar en privado si quieren. Nosotras nos vamos.– dijo Neci levantándose, me puse a su lado con velocidad.

– No, esta bien. Quiero que se queden, no es la gran cosa.– Emi me miró y asintió. Está lista para enfrentarlo.

Con Venecia nos sentamos en mi cama para no incomodar.

– Habla.– dijo Alex,bpero con un tono amable.

– Emm...– suspiró antes de continuar – Perdón.– finalmente lo dijo.

– ¿Por qué?–  Alex estaba confundido.

 –Pues, por enojarme por estupideces como las de recién, estaba un poco celosa.– admitió.

– En realidad el que tendría que pedir disculpas sería yo.–

– Sí, esperaba que lo hicieras.– rió.

– Perdón por haberle dicho a Finn que tienes...– dudó si decirlo o no – Tú sabes.– levantó las cejas.

– Cáncer Alex, ése es el nombre de la enfermedad que tengo y no me importa si alguien más lo escucha en este momento.– miró de reojo a Venecia y le sonrió.

– Okey.– no pudo contener una sonrisa – ¿Estoy perdonado?– extendió los brazos.

– Sip.– Emi se lanzó a los brazos de Alex uniéndose en un abrazo tierno.

– Te quiero Emi.–

 –Te quiero idiota.–

***

La alarma me despertó con el irritante sonido, como todas las mañanas. Llegó el lunes y con él las responsabilidades y preocupaciones que tengo durante toda la semana. Me levanté de mi cómoda cama y me fui directo al baño. Cuando salí me puse a buscar la ropa que llevaría hoy al instituto. Consistía en un short de jean negro tiro alto, un top bordo con unas líneas irregulares como estampado, una camisa a cuadros, bucaneras negras y mis zapatillas blancas.

Mi cabello estaba suelto, pero desenredado. Apliqué un poco de maquillaje, sin exagerar. Agarré mis cosas y bajé las escaleras para desayunar con mi madre.

– Buenos días hija.– dijo un poco dormida.

- Buenos días.- pasé a su lado y le acaricié el hombro.

- ¿Qué quieres para desayunar?- estaba a punto de levantarse, pero la detuve.

- No te preocupes, me prepararé el desayuno yo sola.- le sonreí. Me miró extrañada.

- ¿En serio?- levantó sus cejas. Asentí - Bueno, pero me quedaré espiandote para que no quemes la casa.- rió.

- Seré cuidadosa.- le afirme.

- Cuentame qué es de tu vida. Eres mi hija y ni siquiera conozco a tus amigos.- fingió estar ofendida.

- Ya los conocerás, son buenas personas- aseguré - Y con respecto a lo de mi vida, pues nada.- me encogi de hombros.