❛ 𝗯𝗿𝗮𝘁𝘁𝘆 bottom ❜ 𝓒𝓱𝓪𝓰𝓰𝓲𝓮𝓵𝓾𝓽𝓮

𝗶𝗶𝗶

.............................................................................................................

Lo único por lo que Lute no puede culpar al Infierno son sus métodos de transporte. En el Cielo una caminaba o volaba a todas partes, porque parte de la recompensa era el viaje mismo. Mientras que en el Infierno había vehículos (cosas que ciertamente podían provocar orgullo y envidia) y la Princesa del Infierno tenía el suyo propio. Rosa, irónicamente, y opulento, pero cómodo y conducido por una pequeña cabra que le resultaba familiar y la observaba con una ira apenas disimulada.

Eso estaba bien.

Ira, ella podía manejarla.

La lujuria, sin embargo, era diferente.

⁠ーDe todos los lugares en el infierno-

⁠ー¡Éste es el único lugar donde se puede encontrar un auténtico guardarropa angelical!

⁠ー¡¿Una kink shop?!⁠ー Lute miró al demonio ligeramente encogido mientras estaban paradas frente a una tienda con 'A Little Slice of Heaven’ parpadeando en neón sobre ellas, al igual que la mitad de los edificios en el anillo de la Lujuria. ⁠ー¡¿En serio?!

⁠ー¡Es el infierno, Lute, y todo es kink!⁠ー Charlie levantó las manos en una especie de gesto, con una sonrisa en los labios. ⁠ー¡Pero! ¡Este lugar al menos se enorgullece de su autenticidad!

Lute puso los ojos en blanco y avanzó, abriendo la puerta y completamente preparada para enfrentar al primer canalla que se acercara a ella…

…pero se detuvo en seco.

Porque Charlie estaba diciendo la verdad; si no lo supiera mejor, Lute habría jurado que acababa de entrar en la armería. Habían estantes sobre estantes de uniformes de diferentes tamaños, cascos con cuernos de diferentes rangos, halos independientes, armas falsas montadas en las paredes; si no fuera por las filas de alas y toda la pared dedicada a los juguetes, podría haber olvidado dónde estaba. Incluso sus agudos ojos apenas podían distinguir los detalles perdidos en los uniformes.

⁠ー ...está bien, admito que son auténticos⁠ー, dijo, mirando su propio uniforme. Entre ser rechazada por el Cielo y ahora, habiéndose desgastado en algunas partes, la plata había perdido su brillo. Un uniforme nuevo no sería la peor idea. Y aunque algunas de las réplicas tenían alas, otras tenían las cremalleras adecuadas para permitir que el uniforme se pusiera sobre ellas.

El demonio se unió a ella, su sonrisa con colmillos decía más de lo que las palabras podían decir mientras hacía un movimiento con la mano para alentar el objetivo final de esa salida.

Ciertamente, Lute no iba de compras. Había ido con Adam cuando él quería túnicas nuevas, o probarse la última tendencia entre las almas más nuevas antes de volver a su ropa estándar, pero en realidad no compraba por sí misma. Y ahora tenía que comprar un nuevo guardarropa. Se sentía... raro.

Encontró uniformes nuevos de su talla, probó los guantes y las grebas para asegurarse de que le quedaran bien e ignoró las deficiencias menores que notó. Era mejor que la kink shop no fuera demasiado auténtica. Y, por mucho que le irritara admitirlo, la tela era más agradable al tacto que su uniforme real. Probablemente eso se debía al propósito del uniforme en este contexto, pero podía ignorarlo.

Pero… algo llamó su atención. ⁠ーEsos no son colores autorizados.

⁠ーOh, uh, sí...⁠ ー Charlie se encogió, pasando una mano por su cabello rubio. ⁠ーEh... de nuevo... es una kink shop, y vestirse como ángeles y actuar como pecadores es como... uh, algo que les gusta a algunas personas.

⁠ーAh, ¿gente como tú?

⁠ーNo.

⁠ーEstás literalmente saliendo con un ángel caído.

⁠ー¡Sabes que yo no lo sabía hasta hace relativamente poco tiempo!⁠ー Era tan extraño lo nerviosa que podía ponerse la princesa cuando se trataba del lado más carnal de su relación con Vaggie.

Durante el breve tiempo que compartió un espacio habitable con la pareja, Lute sabía que esa actitud generalmente se caía en la puerta, ya que lo que sucedía dentro de los límites de su dormitorio inspiraba mucha más confianza en Charlie. Fuera de eso, sin embargo, ella era simplemente… casi casta.

⁠ーMira, no estoy muy metida en eso del juego de roles.

⁠ーOh dios, lo sé ⁠ー. Ella puso los ojos en blanco. ⁠ーCréeme cuando digo que sé demasiado sobre tu vida sexual⁠ー. La mirada de Lute luego recorrió los uniformes de diferentes colores, comparándolos mentalmente con el pecado correspondiente para evitar ver la infinidad de emociones jugando en el rostro de Charlie. Por supuesto, la mayoría lucía los colores emblemáticos de la Lujuria, pero había otros ejemplos. Y bueno, Lute ya no era una exorcista. Además de los colores no autorizados, también tenían diferentes diseños. Y pronto, una combinación en particular de color y diseño la impulsó a acercarse. ⁠ー¿Sería extraño probarme esto?

⁠ーNo, adelante.⁠ー Charlie asintió hacia los vestidores. ⁠ー¿Necesitas alguna ayuda?

Las palabras fueron suaves y su mirada se dirigió brevemente hacia el lado izquierdo de Lute. Francamente, ella casi podía vestirse y desvestirse sola incluso con un solo brazo, pero las cremalleras de sus alas eran... difíciles de alcanzar. Hace un tiempo, era Vaggie quien se ocupaba de ello en silencio, sin intercambiar una palabra sobre la necesidad implícita de ayuda inherente a sus uniformes.

⁠ーSolo... encárgate de las cremalleras⁠ー. Se giró y le ofreció la espalda al demonio con el ceño fruncido.

⁠ー¿Cremalleras?

⁠ーBajo mis alas⁠ー. Puso los ojos en blanco y estiró sus alas para exponer dónde estaban las cremalleras, lo que provocó un suave ruido de reconocimiento por parte de Charlie.

El toque que siguió fue suave y mesurado, con cuidado de evitar incluso rozar las plumas de la base de sus alas o la piel que rodeaba la articulación. Charlie sabía muy bien lo sensible que era ese punto y cortésmente se abstuvo incluso de implicar algo inadecuado. Una vez más, Lute se encontró maldiciendo lo paciente que podía ser este demonio, pero se mordió la lengua y simplemente dejó que las palabras resonaran en el fondo de su mente. ⁠

ーGracias.

⁠ー¡No hay problema!⁠ー Ella también parecía muy alegre con todo el asunto. ⁠ー¿Algo más?

⁠ーPuedo encargarme desde aquí⁠ー, respondió ella, caminando hacia el vestidor con el uniforme apretado en la mano. Probablemente esto era un error, pero tal vez... probaría algo. No podía estar segura de qué, pero se encontró pensando en ello.

.............................................................................................................