CAPÍTULO 22

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Maratón 3/3


LLAMANDO...

Sr. Sarocha:
Acaba de salir.
Síguela. No importa cuánto tiempo te lleve, pero cuando tengas la oportunidad, la llevas como sea donde ya sabes.

¿Listo? (Cuelga la llamada)


Freen caminaba rápidamente hasta llegar al auto de sus amigos, sin notar que a una distancia prudente la seguía una camioneta completamente negra con dos tipos dentro de esta.

Al acercarse a Nam y Heng, abre la puerta del vehículo y entra en el...


Freen:
¿Y entonces?

Heng: Fue muy poco lo que hablaron. Y a ciencia cierta, no confesó haberlo hecho él, pero puede contar como amenaza por lo que te respondió, y también como sospechoso.

Nam: No es lo que esperábamos, pero al menos es algo para comenzar a recopilar.

Freen: Lo sé. (Suspira)
Sé que no es mucho. En realidad, nada.
Pero podemos comenzar por esto que tenemos hasta ahora.
Ahora lo que me preocupa es otra cosa. (Sus amigos giraron sus cabezas hacia la parte trasera del auto y observar a Freen)

Heng: ¿Qué pasa?

Freen: Sigo con esa sensación de que nos observan. De verdad.
Pienso que podríamos mantenernos juntos estos días en caso de que algo ocurra, no nos tome desprevenidos y dispersos.

Nam: La verdad es que yo también.
¿Y qué tienes en mente?

Freen:
Yo sé que ha sido mucho el apoyo que he recibido de tu madre, pero ¿Heng podría quedarse con nosotras?
Es mucho en lo que me ha ayudado, y claramente está en el radar.

Nam: Vamos a casa entonces, y esperamos a que mamá llegue y se lo comunicamos.

Heng: No podemos decirle el plan porque seguramente no nos permitirá continuar.
Será mejor decirle alguna otra cosa para que no se preocupe.

Nam: No me gusta mentirle a nadie, menos a mi madre chicos.

Freen: Y lo que menos queremos es incitarte a eso, pero Heng tiene razón.
No podemos permitir que tu madre de alguna manera quiera involucrarse.
Suficiente tenemos nosotros con el peligro que estamos corriendo, como para arriesgar a tu madre.
Solo por esta ocasión, ¿sí?


Nam:
(Piensa por unos segundos y suspira) Está bien.

Heng: Bien, vámonos entonces. No podemos estar así en la calle, y menos cerca de la casa de tu padre. (Mientras se ponen los cinturones y enciende el auto)

Nam: Solo espero que esto no se nos salga de las manos.

Freen: Tranquila, todo saldrá bien.
Becky nos cuidará siempre.

Heng: (Toma la mano de Nam brindándole calma) Así será.
Solo confía, ¿sí? (Besa su mano, y esta asiente)


Al llegar a casa de Nam, procedieron a organizar el equipo que habían conseguido para llevar a cabo el plan. Salieron del vehículo e ingresaron al hogar.

Estuvieron en la cocina preparando sándwiches y jugo de naranja.

Se sentían agotados.
Especialmente Freen.

Su cansancio no era solo físico, sino mental y emocional.
Solo quería hacer que su padre pagara por lo hecho a la castaña seguidamente por maltrato físico a su madre.

Aunque la relación con ella tampoco sea la mejor, quiere ayudarla para que se libere de un ser tan despreciable como su padre que, en cualquier momento, podría acabar con su vida solo a golpes.

Cuando todo estuvo listo, se acercaron a la mesa para comer, mientras planeaban cuál sería el siguiente paso.

Freen: No será posible regresar a casa y preguntar por lo mismo.
Sospecharía algo, y todo puede arruinarse.
No podemos permitirnos eso.

Nam: Chicos, se me ocurre algo. (Estos la miran esperando una respuesta)
Ya sabemos que puede hacer lo que sea con tal de tener lo que desea, ¿verdad? (Sus amigos asienten)
Él tiene una empresa, allí debe haber algo que no haya hecho de manera correcta, lo cual podría servir para acumular mas cargos en su contra.

Freen: Esa idea suena bien.
Pero está completamente descartada.

Heng: ¿Por qué?, si está muy buena.

Freen: Siempre me negué a ir a la empresa de mi padre porque no me interesa saber nada de eso.
Las pocas veces que fui, era por obligación.
Así que, si me ven entrar, sería demasiado sospechoso.
Se nos dañaría todo.

Nam: ¿Y quién ha dicho que tienes que entrar para tener información? (Sus amigos la miran con el ceño fruncido y bastante confundidos)

Freen: ¿A qué te refieres con eso?

Nam: Podemos conseguir a un buen hacker para interceptar las computadoras de él.
Y una vez hecho eso, tendremos en un archivo todos sus negocios.
Pero para eso, necesitamos la contraseña de su computadora. Y estoy segura de que la sabes.

Heng: (Sonríe ampliamente) Que inteligente eres, princesa. (Besa su mejilla provocándole un leve sonrojo en sus mejillas)

Freen: Pero no la recuerdo.
Necesito pensar mucho.
O sea, tengo idea de más o menos cómo comenzaba porque vi que la puso delante de mí alguna de esas pocas veces que fui.
Solo necesito pensarlo muy bien para recordarla con exactitud.

Heng: Pues tienes solo esta noche, señorita Freen.

Freen: ¿Por qué lo dices?

Heng: Si tu padre es tan audaz, capaz y algo le está pareciendo extraño en esto.
Así que, entre más pronto lo hagamos, mucho mejor.
Ahorraríamos demasiado tiempo.

Freen: (Bufa con cansancio)
Está bien.
Iré a tomarme una ducha y pensar muy bien eso. (Sus amigos asienten)

Heng: Nosotros estaremos aquí para esperar a la madre de Nam, mientras voy guardando en la nube privada lo que llevamos hasta ahora por si acaso. (Freen asiente y sube a la habitación)

Nam: ¿Quieres que te ayude en algo?

Heng: Si hermosa.
Por favor, ayúdame a buscar un buen hacker en lo que termino de cargar el archivo a la nube. (Esta asiente y comienza a buscar desde su computadora)

Cuando Heng se dispuso a ayudar a Nam a buscar más rápido a aquel hacker, el celular de la pelinegra suena...
Es su madre.

LLAMADA...

Nam:
Hola mamá.
¿Ya vienes?

Sra. Poonsak: Hola hija. (Agitada)
Si mi niña.
Justamente te llamaba para que cierres todo con llave y actives la alarma de la casa.

Nam: Mamá, suenas rara, me estás asustando.
¿Pasa algo?

Sra. Poonsak: La vecina de al frente me llamó para decirme que hay una camioneta negra con dos tipos allí, que por momentos salen y miran alrededor de la casa.
No preguntes más, y haz lo que te pido.
Ya voy para allá. (Cuelga)

El chico que pudo notar el cambio en su expresión se alarmó un poco.
Algo estaba sucediendo.

Heng: ¿Qué sucede?
¿Por qué tienes esa cara?

GOTTA BE YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora