CAPÍTULO 42

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Maratón 1/3

El fin de semana fue agradable para todos.

Becky y Freen compartieron en aquel lugar favorito de la castaña hablando de la vida, de la familia, del amor que sienten la una por la otra.
Inclusive, de celebrar sus cumpleaños yendo a pasear a algún lugar.

Becky, recordaba a su madre al platicarle a su novia las anécdotas que compartió con ella.

Freen, por su parte no tenía mucho de positivo para recordar respecto a sus padres porque no pudo estar con ellos. No lo brindaron la atención que un hijo necesita, pero tenía una nana que le dio todo el amor del mundo.
Y que justo en este momento, recordó lo mala persona que se ha sentido al no buscarla después de todo el problema con su padre.
Así que, al regresar, le preguntaría a su mamá si tiene algún número de contacto, o la dirección de su casa para ir a verla.
No sin dejar de lado la relación que ahora tiene con su madre.
Que más que agradable, es algo que nunca pensó que podría tener con ella, dado sus ausencias.

Como deben regresar pronto a casa, desayunaron rápidamente, se ducharon, empacaron sus cosas y dieron marcha en el auto para regresar.

Becky: Entonces vas a buscar a tu nana, ¿sí? (Esta asiente)
Yo quiero ayudarte a buscarla.
Recuerdo lo buena persona que fue conmigo las pocas veces que interactuamos.

Freen: Claro que sí, amor.
Me encantaría tenerte a mi lado para encontrarla, y ayudarle a encontrar un empleo. Porque seguramente debido a su edad, se le dificultará encontrar otro.
Por eso espero llegar pronto a casa para preguntarle a mi madre si tiene algún contacto para buscarla.

Becky: Cuando tengas la información, dime y vamos juntas entonces. (Tomó su mano y dejó un suave y tierno beso)

Al llegar a casa, se sentía un ambiente extraño.
O eso pensaba la castaña.

No dijo nada a nadie para no preocupar o sonar paranoica.

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Cuando la madre de la pelirroja terminó su hora laboral, se dispuso a bajar a la cocina para prepararse algo de comer. Y en ese momento, fue donde Freen se acerca a ella para pedirle información de su nana.

A su madre le extrañó un poco por la manera repentina en que se lo preguntó.
Sin embargo, siempre supo el cariño que le tenía a su nana desde pequeña, así que, sin más preámbulos, le dio la dirección de su casa y número telefónico.

Freen fue a buscar a Becky en su habitación, encontrándola un poco dispersa.
Se acercó hacia ella lentamente, poniendo su mano sobre su hombro, y esta reaccionó con un susto.

Freen: Hey, tranquila amor. Soy yo.
¿Qué tienes?

Becky: Honestamente, no amor.
Desde que regresamos de nuestro viaje, he tenido un presentimiento que no me agrada mucho.
No había querido decírtelo para no preocuparte a ti, ni a mi padre, tampoco a tu madre.
Pero siento algo aquí en mi pecho que no me deja tranquila.

Freen: Si me he dado cuenta por la manera en cómo te has comportado desde que llegamos.

Becky: Quizás solamente sean cosas mías y estoy viendo algo mal donde no lo hay.
No me prestes mucha atención. Mejor dime, ¿tu mamá te dio la información sobre tu Nana?

Freen: Si algo ocurre, solamente quiero que me lo comuniques, y busquemos una solución a lo que sea que esté ocurriendo, ¿vale? (Esta asiente)
Y sí. Mi madre me dio la información de mi nana.
Justamente vine a buscarte porque me dijiste que querías ir conmigo. Entonces vine para decirte que podíamos ir ya que tenemos tiempo.
El día no se ha acabado y podemos ir a buscarla.
¿Qué te parece?

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