CAPÍTULO 7

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Ver a sus amigos ahí, le alegró mucho, pero sin duda, el ver a Becky, le causó estragos en el estómago e inconscientemente quiso limpiar sus lágrimas.

Se sintió apenada que la viera tan vulnerable.

Sus amigos la abrazaron fuerte mente, pero no desviaba su mirada de una castaña que la miraba con cariño y ganas de tener ese mismo afecto para con ella.

Freen: ¿Qué están haciendo aquí? (Se dirige a su cama y se sienta)

Nam: Queremos saber cómo estás.
Llevas una semana y más que no respondes nuestras llamadas, no has regresado a la universidad.
Nos preocupas.

Freen: Lo siento, (baja su cabeza con tristeza) no quería preocuparlos.

Heng: Freen, claro que vamos a preocuparnos.
Somos tus amigos.
Si no estás bien, vamos a ayudarte, apoyarte. Pero te callas todo, no nos dices nada.
En el momento que Nam me contó ese día lo que sucedió (Nam tapó la boca de este para que no diga nada más)

Becky, quien frunció el ceño, comenzó a sentirse incómoda con la situación.
Aislada de todo. Como si no pudieran confiar en ella.

Becky: Hm, Freen.
Yo yo quería saber cómo estabas. Quedé preocupada por ti desde aquel día y bueno, desapareciste. Y eso me inquietó mucho. (Se agacha frente a ella y toma sus manos)
Deseo de todo corazón, que lo que sea que te tiene vulnerable, desaparezca y te permita sonreír mucho. Porque estoy segura de que tu sonrisa es preciosa.
Quiero verte sonreír en todo momento.
Si me necesitas, aquí estaré para escucharte en todo momento. (Le regala una sonrisa tierna al guiñarle un ojo, suelta sus manos y se levanta)
Debo irme, creo que se sentirá mejor rodeada de sus amigos.

Intenta irse, pero una mano la detiene.

Freen: No hace falta que te vayas. (Sus ojos conectan fijamente con los de la castaña)

Nam y Heng, observaban dicha escena en silencio, pero sorprendidos ante el gesto de Freen hacia la castaña.

Becky: Puedo notar que hay cosas que se limitan a hablar porque estoy presente.
No me molesta. Puedo entenderlo honestamente.
Por eso mismo, quiero que platiquen, y si eso te ayuda a subirte el ánimo, estaría perfecto. (Hace una pausa)
¿Puedo preguntarte algo?, quizás sea demasiado. No quiero incomodarte tampoco. (La pelirroja asiente)
¿Podría tener tu número para escribirte después para saber cómo estás?

Freen: Ehh (La toma por sorpresa, y no sabe qué responder...)

Becky: No te preocupes.
Paso a paso. Cuídate mucho.
Adiós, chicos.

Freen, que no entiende por qué, siente desanimo al ver a la castaña marcharse.
Tal vez quería tenerla cerca un poco más.
No sabe si le atrae, o es que, con ella a su lado, puede sentirse plena.
Y no es que no pueda sentirse bien con sus amigos. Es que hay algo en aquella chica que hace que se sienta mejor sin siquiera hacer algo. Su sola presencia le transmite la paz que quizás necesita.

Nam: Ehm, ¿qué fue eso? (preguntó curiosamente con una sonrisa coqueta)

Heng: Si, yo también quisiera saber qué ha pasado aquí.
¿De qué nos hemos perdido?

Sus amigos se sientan a su lado, haciendo que esta se sienta inquieta ante la situación.

Nam: Tal vez no es momento de hablar sobre eso. (Se acerca a su amiga)
Freen, ¿qué sucedió?, te fuiste así nada más.
Me preocupaste demasiado, porque cuando te vi, no estabas nada bien, ni siquiera podías respirar bien.

Heng: Cuando Nam se comunicó conmigo para saber dónde estabas y lo que sucedió, vine aquí al notar que no respondías las llamadas.

Al no recibir respuestas de Freen, deciden no presionarla. Solo la abrazan al ver sus ojos cristalinos

Heng: Iré por un poco de agua para ti y decirle a la empleada que prepare algo para que te alimentes bien.
No tard (La pelirroja lo detiene)

Freen: No, Heng.

Heng: No tú, Freen.
Debes comer. Si no lo haces, puedes enfermar.
La empleada ya nos dijo que no has comido absolutamente nada desde entonces.
Iré tendrás que comer.
No me iré de aquí hasta que hayas comido todo.

Este va a la cocina en busca de la señora Christine para preparar algo de comida y así llevársela a su amiga

Nam: Freen, no quiero molestarte, de verdad.
Si deseas hablar, aquí estoy. (Suspira)
No sé que tanto daño te han hecho para que no te permitas hablar o confiar. Pero una cosa si es segura, y es que yo, Nam Poonsak, estoy aquí para ti.
Quiero ser tu apoyo cada que lo necesites.
Seré tu hombro si lo necesitas para recargarte y llorar.
Seré tus manos para sostenerte si sientes caer.
Seré tus pies para mantenerte firme.
Pero siempre que me lo permitas, quiero y voy a estar para ti.

GOTTA BE YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora