4. Secretos alucinógenos

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- Muy bien, por aquí pueden comenzar – dijo la señora Elena señalándonos cinco carros llenos de libros – Cada carrito abarca dos secciones de la biblioteca, así que no será tan complicado – agregó alejándose de nosotros.

- Bien, ¿Por qué no lo hacemos por parejas? – dijo Paul, mirándome de manera sugerente.

- Creo que individualmente abarcaremos más áreas – dije, mirándolo con cara de asco.

- Apoyo a Paul – dijo Dusty, mirando a Dylan – Creo que podemos terminar más rápido si vamos en parejas.

- Ok, yo voy con Drew – dijo el chico nuevo, mirándome con una ligera sonrisa.

Estaba un poco asombrada, no sabía cómo sabía mi nombre o por qué quería ir conmigo, pero me sorprendió.

- Clearwater vendrá conmigo, tú puedes ir con Burke – dijo Paul, tomando mi mano y llevándome por el pasillo.

- ¡Diablos, Lahote, suéltame! – exclamé, alejando su mano de la mía y deteniéndome a su lado.

Cuando me di la vuelta para regresar con los chicos, me di cuenta de que Dusty ya estaba llevando a Dylan al lado opuesto de nosotros. Debí haberlo supuesto, Dusty no perdería la oportunidad de pasar tiempo con el nuevo.

- Vamos, osita, tu amigo ya se fue con el nuevo – dijo Paul detrás de mí, haciéndome notar que estaba muy cerca.

- Ni siquiera entiendo por qué quieres estar conmigo – dije, mirándolo de mala manera antes de dirigirme hacia un carrito lleno de libros.

- No desaprovecharía la oportunidad de estar a tu lado molestándote – dijo Paul, llegando junto a mí y ayudándome a empujar el carrito.

No dije nada más, solo observé la sección que nos correspondía con el carrito y caminé junto a Paul para llegar a ella.

Estuvimos acomodando libros durante un buen rato. Paul no dejaba de molestarme. Me "bromeaba" acercándome un libro y luego alejándomelo antes de que pudiera tocarlo, me molestaba con respecto a mi altura, y en una ocasión llegó a jalarme el cabello e incluso a picarme las costillas cuando me estiraba para alcanzar un libro. Era como un niño. 

- Hablo en serio, Lahote, si no retiras tu dedo de mi cuerpo, te juro que te golpearé fuertemente en la cara – dije, mirándolo mientras estaba sobre la escalera, dejando un par de libros, cuando sentí de nuevo su dedo picarme los costados.

- Créeme, osita, soy consciente de lo que puedes hacer cuando te enojas, lo vi esta mañana – dijo, guiñándome el ojo mientras me daba una sonrisa de lado, y no sé por qué, pero esa simple acción me hizo sentir sonrojada – Pero más que asustarme, me pone caliente – agregó en un tono más bajo y coqueto.

Su comentario me descolocó, y no sé cómo funciona mi mente, pero el libro que tenía en mi mano derecha terminó impactándose contra su cara. Paul soltó bruscamente la escalera, tapándose el rostro, lo que me hizo tambalear y pisar en falso, cayendo de espaldas. Paul intentó atraparme, pero no sé si fue que estaba muy pesada o la rapidez con la que caí, o tal vez ambas cosas, pero ambos terminamos en el suelo. Yo estaba sentada sobre el abdomen de Paul con ambas piernas a su costado izquierdo, y él recibió todo el impacto al caer completamente de espaldas con mi peso sobre él.

Se escucharon libros caer, así como el impacto del cuerpo de Paul contra el piso, por lo que Dusty y Dylan se asomaron rápidamente a nuestro pasillo.

- ¡Di! – exclamó Dusty corriendo a ayudarme – ¿Estás bien?

Asentí rápidamente, luego volví la vista hacia Paul, pero él ya estaba de pie, al parecer ayudado por Dylan. Paul tenía una abertura en el labio.

- ¿Estás bien? – preguntó Paul, acercándose un par de pasos hacia mí.

Greek God | Paul LahoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora