34. Umbral del cambio

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- ¿No van a preguntar qué estoy haciendo aquí? - pregunté con los nervios de punta.

- Sabemos por qué estás aquí, Drew - dijo Carlisle con una pequeña sonrisa - Alice nos lo dijo.

- Eres tú quien ve el futuro, ¿no es así? - pregunté aun sintiendo ansiedad por todo mi cuerpo.

- Lo soy - dijo con una voz alegre - Y debo decir que es interesante el motivo de tu visita.

- Sonaba lógico cuando lo pensé - dije tomando mis manos.

Una extraña paz comenzó a invadirme, relajando automáticamente mi cuerpo.

- Es comprensible, pues el acercamiento con vampiros desata el gen lobo - dijo Carlisle asintiendo.

- ¿Y no me convertiré? - pregunté mirando a Alice, quien solo me sonrió - Es decir, he tenido los síntomas...

- ¿Tú viniste aquí para convertirte? - preguntó Emmett, apenas captando mis intenciones.

- No es algo que realmente anhelara, pero creí que, si apresuraba las cosas, así podría dejar de pelear con mi novio por cosas sin sentido - dije mordiendo mi labio inferior.

- ¿Cuáles son tus síntomas, Drew? - preguntó Edward.

- Bueno... he estado voluble durante un par de semanas, realmente me molesto por lo más mínimo, he tenido una sensación extraña por todo mi cuerpo y, ah, mi apetito ha incrementado - dije enumerando mis síntomas.

- ¿Has notado un incremento en la fuerza de tu cuerpo? - preguntó Edward.

- No aún, aunque sí he notado que me fatigo con un poco más de rapidez - respondí.

- Tus síntomas no son exclusivos de una posible conversión - dijo Carlisle acercándose a mí - Si me lo permites, me gustaría hacerte algunas pruebas.

- ¿Cree que estoy enferma? - pregunté preocupada.

- Algo así - dijo sonriéndome con empatía - ¿Me acompañas? - señaló el pasillo con su mano.

Asentí, caminando a donde me indicaba, temiendo haber venido en balde, aunque no sería tan malo si al final me ayudaba con cualquiera que fuera mi enfermedad.

Carlisle me había hecho diferentes pruebas y preguntas. Algunas eran sencillas, como la prueba de reflejos y preguntas sobre mi sueño y alimentación, pero cuando me pidió mi consentimiento para un ultrasonido, me tensé un poco. Tal vez esto era más grave de lo que pensaba.

- Tranquila, Drew, es solo para aclarar mi inquietud - dijo Carlisle, mientras observaba una pantalla que reflejaba mi abdomen internamente.

- ¿Es alguna enfermedad peligrosa? - pregunté con miedo.

- Yo no la llamaría así - dijo Carlisle con una sonrisa - Drew, estás embarazada.

- ¿Qué? No, me bajó hace solo un par de días - dije, negándome a aceptar el diagnóstico.

- ¿Cuánto duró tu supuesto periodo? - preguntó Carlisle, limpiando el gel de mi abdomen.

¿Por qué diablos decía "supuesto"? Joder, estaba entrando en pánico.

- No lo recuerdo - dije, sentándome con rapidez - ¿Dos días?

- ¿Tus periodos suelen durar tan poco? - negué con la cabeza - ¿Fue un flujo abundante? -volví a negar.

Mierda, mierda, mierda.

- Bueno, Drew, seguramente no era tu periodo. Las mujeres embarazadas no pueden menstruar, pero pueden tener episodios de sangrado vaginal - dijo poniendo una de sus manos sobre mi hombro - Pero para saber qué fue lo que lo ocasionó, deberías ir a visitar a un ginecólogo.

Greek God | Paul LahoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora