14. Aprendiendo en familia

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Esa misma tarde llevé el auto de Paul a su casa. Le informé a sus padres sobre el estado de Paul. Su padre salió de inmediato a buscarlo, y aunque quise acompañarlo, no me lo permitió. Me quedé con la mamá de Paul un tiempo, hasta que mamá me llamó y me pidió que fuera a casa.

También le conté a mis padres lo que había pasado con Paul. Mis padres fueron de inmediato a casa de los Lahote, y por supuesto, nuevamente, no me dejaron ir con ellos.

Estaba decidida a buscar a Paul el lunes en la escuela. Mientras tanto, pensé en hacer algo para distraerme, pues el constante pensamiento de Paul me estaba causando ansiedad.

— ¿Quieres salir en domingo? — preguntó Seth con notable fastidio.

— Sí — dije, jalando su mano — Vamos, Seth, será divertido.

— Es domingo, Di — dijo Seth, viéndome como si estuviera demente — Los domingos no salimos. Vemos películas, comemos comida chatarra y dormimos, y lo repetimos hasta que sea lunes.

— ¡Seth! — me quejé como una niña — Vamos, sal conmigo, por favor.

— ¿Por qué no le dices a Leah?

Por supuesto que ya se lo había dicho a Leah, pero ella cerró la puerta de su cuarto en mi hermosa cara.

— Leah está ocupada — dije como si nada — Vamos, Seth, solo será hoy. Te prometo que nos divertiremos.

— ¿Y tus amigos? — negué con la cabeza, todos estaban ocupados — ¡Diablos, Drew! Necesitas un novio con urgencia.

Seth se soltó de mi agarre y se acercó a su armario por una sudadera.

— Vamos — dijo Seth con resignación, pasando por mi lado y saliendo de la habitación.

— ¡Genial! — exclamé emocionada, corriendo tras él — Te prometo que no te vas a arrepentir — dije antes de lanzarme a su espalda.

— Lo estoy haciendo ahora — dijo con disgusto, alejando mis manos de su cuerpo.

Seth y yo fuimos a la playa. Yo me lo estaba pasando muy bien, y aunque mi hermanito fingió al principio estar molesto, con el tiempo comenzó a disfrutar como yo y terminamos jugando juntos.

— ¡No, Di!, ¡aléjate! — gritaba Seth mientras reía, corriendo para alejarse de mí.

— Vamos, Seth, es solo un abrazo — dije, corriendo tras él.

Me había empapado hace un rato toda mi ropa, ahora solo quería mojar a Seth.

— ¡Drew! — gritaron mi nombre detrás de mí.

Me giré y era Dylan quien venía caminando junto con un par de chicos del equipo de fútbol.

— Oh, hola, Dylan — dije acercándome a ellos — Hola, chicos.

— Hola — respondieron algunos al mismo tiempo.

— ¿Viniste sola? — preguntó Dylan, viéndome sonriente.

— Uh no, vine con mi hermano — dije señalando a Seth, quien estaba comprando un helado en este momento.

— ¡Genial! — exclamó aun sonriendo Dylan — Te estuve mandando mensajes desde ayer que te vi en la cafetería.

— Lo siento, no he estado usando mi teléfono — no mentía.

— Oh bueno, no era nada serio — dije quitándole importancia — Solo quería invitarte a salir.

Mordí mi labio, sin saber qué decir. Dylan me gustaba, pero había algo que me decía que no intentara nada con él.

— Drew también quiere salir contigo — dijo Seth, quien ya se encontraba a un lado mío, comiendo una paleta de hielo.

Greek God | Paul LahoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora