32. Delirio de amor

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- Es sorprendente cómo las cosas cambian en tan solo instantes - dijo Seth, jugando con la arena bajo él.

Leah, Seth y yo habíamos salido a la playa mientras mamá resolvía asuntos de la manada, ahora que formaba parte del consejo tras sustituir a papá. Habían pasado dos meses desde su muerte y en ese tiempo habían ocurrido muchas cosas, los Cullen habían vuelto, aún no habían atrapado al vampiro, y hubo un incidente territorial una noche con un Cullen.

- Ni lo menciones - dije sonriendo un poco - Es raro que ahora ustedes sean parte de la manada.

- No deberías querer ser parte, te aseguro que no es nada divertido - dijo Leah antes de beber de una botella de agua.

- ¿Bromeas, Leah? ¡Es increíble, Di! - hablaba con emoción el pequeño Seth, lo que me hizo sonreír - Tienes gente que está ahí para ti todo el tiempo, podemos correr tan rápido que podríamos ganarle a un Ferrari y ni hablar de lo genial que se siente sentir la naturaleza a través de cuatro patas.

Reí abrazando a Seth. Adoraba que siempre veía el lado positivo de todo.

- Tienes razón, Seth, suena genial - dije separándome de él - Aunque realmente no estoy considerando convertirme - añadí, mirando a Leah.

- ¿No te gustaría, Di? - preguntó Seth, con notable curiosidad en sus ojos.

- Realmente no, Seth. Tener el cabello corto, no poder tener mis uñas largas, sin mencionar la ropa destruida por transformaciones imprevistas... no lo sé, no creo que sea lo mío - dije haciendo una mueca, viendo más desventajas que ventajas.

- Bueno, de todos modos, estás involucrada... eres una impronta - dijo Leah con notable disgusto en la última palabra.

- Leah... - ella negó con la cabeza antes de voltear a ver el mar.

- Di, voy a entrar a preparatoria, ¿podrías ayudarme con mi ropa? - preguntó Seth emocionado.

Asentí sonriendo. Amaba la emoción de Seth ante todo. Y como dijo, este año sería su primer año de preparatoria, el mío sería el último, mientras Leah había tomado un año sabático antes de terminar la universidad. Al principio me parecía tonto, pues solo le faltaba un año para terminar, pero lo comprendí totalmente cuando una noche me comentó lo horrible que era estar en la manada. Todo definitivamente estaba cambiando, pero esperaba que fuera para mejor.

No paraba de reír, escuchando cómo Bella había golpeado a Jacob después de que este la besara sin su consentimiento

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No paraba de reír, escuchando cómo Bella había golpeado a Jacob después de que este la besara sin su consentimiento.

- Lo sé, fue un movimiento idiota por parte de Jake - dijo Paul, sonriendo.

Miré a Paul aún con risitas, sin poder superar la historia. Paul y yo estábamos en una cafetería, disfrutando del poco tiempo que teníamos juntos debido a las guardias que debía hacer en la casa Swan, además del patrullaje en el territorio de la Push.

Greek God | Paul LahoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora