Greek God | Paul Lahote

37. Juntos en la esperanza

Decir que Paul estaba feliz era poco. Creía que se iba a molestar o incluso quedar en shock, pero no fue el caso; a los segundos ya me estaba abrazando.

- Oh, mi osita, es maravilloso - dijo Paul, antes de dejarme besos por todo el rostro - Te amo, te amo, te amo, y amaré mucho a nuestro hijo o hija.

Me tensé un poco al escuchar todo lo que decía. No lo esperaba, no lo esperaba para nada.

- Paul - dije, alejándome de él y notando un destello en sus ojos.

Paul me analizó por completo y, alejándose de mí, pero aun sujetando mis brazos, habló.

- ¿No es lo que quieres? - dijo observando mi rostro - ¿No quieres tenerlo?

- Me estás dando a mí la decisión - respondí, ahora analizando sus gestos.

- Drew, es tu cuerpo, y si no quisieras tenerlo lo entendería - dijo, acercándome a él - Pero debes saber que yo estoy encantado y, si decides conservarlo, estaré con ustedes dos. Y si no lo haces, también, porque Drew, debes entender algo, nunca me voy a apartar de tu lado.

Abracé a Paul con fuerza mientras mis sentimientos me sobrecogían. Paul correspondió el abrazo dejando besos suaves sobre mi cabeza.

- ¿Es por eso que has estado así? - preguntó Paul con voz suave - Preguntando por el futuro, queriendo hablar conmigo, pero ocultando cosas...

- ¿Lo notaste? - pregunté, separándome de él y limpiando un par de lágrimas de mi rostro.

- No fuiste muy discreta - dijo Paul sonriendo, mientras me acercaba a él - Pero dime, ¿has pensado en qué hacer?

Asentí sin apartar mi mirada de sus preciosos ojos.

- Lo quiero tener - dije con seguridad.

- Entonces así será - dijo, tomándome de las mejillas para besarme.

El beso era lento y suave. Sin duda, estaba disfrutando.

- ¿Estás bien con ello? - pregunté, separándome de él.

- Drew, ¿escuchaste lo que dije hace unos minutos? No voy a apartarme de ti en ninguna de tus decisiones.

- Lo sé, y me encantó escucharlo - dije antes de morderme el labio - Es solo que esto cambia todo lo demás.

- ¿A qué te refieres? - preguntó Paul con el ceño fruncido.

- Sé que querías hijos, pero no ahora, sino después de todo lo que tú y yo podríamos construir... y tenemos diecisiete años. Además, ni siquiera trabajamos, necesitamos dinero... ¡Por los ancestros! También una casa... ¿viviríamos juntos?

- Hey, Di, tranquila - dijo Paul sujetando mi rostro, haciendo que lo mirara - Estamos juntos en esto, lo resolveremos.

- ¿Pero tú lo quieres? - vi cómo Paul iba a hablar, pero lo interrumpí - Y ya sé que estarás junto a mí en cualquier decisión, pero... quiero saber qué es lo que tú quieres.

- Me emociona saber que vamos a ser papás, debo admitirlo - dijo sonriendo - Un niño o niña con los lindos ojos de su madre realmente suena encantador.

Sonreí y me acerqué a él para besarlo. Me alejé riéndome un poco.

- ¿Qué pasa? - preguntó Paul sonriendo.

- No parecías sorprendido cuando te lo dije - expliqué sonriendo, viendo cómo Paul ampliaba su sonrisa.

- ¡Oh, vamos, osita! No fuimos muy cuidadosos, debíamos suponer que era una gran posibilidad.