Fatídico

Capítulo 22

—¿Que estás diciendo? ¿Que me folle al camarero?—

—Que lista eres cuando quieres, Dafne.—

—¿Tú estás loca?—dije en voz alta pareciéndome un disparate y señale mi cabeza.— Era el compañero de trabajo de Kyle.—

—Exacto, por eso tienes que hacerlo.—

—No, Abigail, no es buena idea.—

—Pero si a ti te gustaba antes que Kyle.—

—Nunca llegó a gustarme el rubio.—

—¡Te fijaste en él primero!—

—Si, es cierto, pero por qué creía que era amigo de tu novio.—

—Venga ya, Dafne, solo tenías ojos para él aquella noche.—

Negaba profundamente sintiéndome agobiada por su insistencia, me estaba agobiando.

—¿Acaso ahora no te parece guapo?—

Me quedé pensando en el camarero por segundos y me encogía de hombros lentamente.

—A ver.. es muy lindo, qué yo recuerde.—dije.— Es distinto a Kyle, pero es lindo.—

—¿Que si es lindo? Está guapísimo, me fijé en los ojazos azules que tiene y en el cuerpazo.—

Desvíe mi mirada a Abigail de repente.

—¿Te dijo su nombre?—

Ella hizo una mueca de fastidio y negaba despacio.

—Me lo dijo pero no lo recuerdo.—

Alzaba mis cejas por segundos y miré nuevamente al frente.

—Mira, piénsalo, pero yo si fuera tú me lo follaria para joder a Kyle.—

Volvía a negar de repente y me reía sin más.

—¿Tú crees que a Kyle le importará?—

Ahora Abigail fue la que se reía con ironía y se levantó de la cama, se cruzaba de brazos mirándome.

—Como se nota que no conoces nada de nada a los hombres.—

Rodaba mis ojos por sus lecciones hacia los hombres y la miraba sintiéndome cansada.

—Los hombres no viven ni dejan vivir, Dafne.—dijo.— No te quieren contigo pero tampoco con otro tío, ellos son muy territoriales.—

—No creo que Kyle sea así, él.. él es muy pasota.—

—He visto hasta al más orgulloso caer en mis pies y yo te digo a ti que cuando Kyle se entere de que te has follado a ese, se va a enfadar mucho.—

Suspiraba profundamente por toda esta conversación.

—Mira, Abigail, yo no creo que sea buena idea.—

Abigail me miraba haciéndome sentir estúpida y ponía sus ojos en blanco, acto seguido andaba hacia la puerta.

—Haz lo que quieras, Dafne.—

******

Me fui casa y cuando me di una ducha de agua fría mis ideas se aclararon.

Me puse en la silla del escritorio, con el portátil encendido y avanzaba con la novela que estaba escribiendo.

Cogía mi móvil para comprobar si tenía un mensaje de Kyle.

Pero lo que tenía era un mensaje de un número desconocido.

Lo más seguro es que sería de ese camarero.