Fatídico

Capítulo 4

La noche es joven.

Yo aún no quería que terminará la noche.

El finde semana pasado me queje de montarme en el coche de un desconocido y resulta que ese desconocido.. es terriblemente guapo.

Al entrar al coche en la parte de atrás junto a Abigail, me colocaba la sudadera de color lila por qué me sentía intimidada, me sentía desnuda.

Joan y Kyle hablaban de una forma animada, entre ellos, anécdotas que yo desconocía hasta que Joan se giraba para mirarnos a nosotras.

—Vamos a comprar alcohol en alguna tienda de alimentación, se que Abigail bebe vodka ¿y tú?—preguntó, refiriéndose a mí.—

—Ella también toma vodka, Joan.—respondió Abigail por mi.—

—Pues Kyle y yo tomamos whisky.—

—No pasa nada, pagamos dos botellas.—dijo Kyle repentinamente sin darle importancia.—

No dijeron más nada sobre el alcohol y seguían hablando sobre sus cosas.

Abigail comenzó a criticar a Rachel pero yo solo tenía atención para Kyle.

Me quedé mirándole por retrovisor a sus hipnotizantes ojos y él me pilló a que le estaba mirando.

Desvíe mi mirada hacia otra parte sonrojada.

¿Como no pude fijarme en él el día de la discoteca?

Los chicos aparcaron frente a la primera tienda de alimentación que vieron y se bajaron los dos a la vez hablando ente ellos.

Miraba a Abigail repentinamente.

—¿Kyle y Joan son íntimos amigos?—

Ella se sorprendió un poco por la pregunta pero hizo una mueca.

—Más o menos.—respondió.— No le conozco tanto como a Tommy, el otro amigo de Joan.—dijo y tocó mi brazo repentinamente, me sentí nerviosa.— ¿De verdad que no te acuerdas de él? Tía, era el camarero.—

—Que no, que no me acuerdo.—

—Joder, pues si que ibas borracha.—

Abrieron la puerta ambos a la vez al llegar y di un sobresalto al asiento.

No me los esperaba tan pronto.

Joan repentinamente nos daba unas bolsas de plástico y la dejábamos en el asiento.

Abigail abría de repente las bolsas revisando todo.

Había vasos de plásticos, las dos botellas de alcohol, refrescos, hielo...

Kyle volvía a conducir repentinamente, y colocó una mano sobre su boca, me fijé que tenía un tatuaje en su mano pero no lograba a ver qué era.

—¿A dónde vamos a beber?—preguntó en voz alta para ser escuchado.—

—Al mirador.—respondió Joan.— Ahí nadie irá.—

—Excepto la gente que va a follar.—intervenía Abigail repentinamente y ellos dos soltaban una carcajada.—

En cambio yo me quedé en silencio, me sentía tensa.

Kyle estaba decidido en conducir hacia allí pero de repente empezaron a llamarle y sacaba el móvil de su bolsillo, respondía automáticamente.

Los tres nos quedábamos callados mientras que el hablaba y le escuché de chasquear su lengua fastidioso.

A los pocos segundos, colgaba la llamada y miro a Joan.