—Perdón por haberte manchado.—
Fue lo que me dijo aquel tipo tan alto y guapo.
Me dio igual que me manchará pero él empezó a reírse un poco y me señaló el top corto.
—Te he dejado sucia, perdona.—
—No, no importa.—negué rápidamente con la mano y se me escapaba una risa nerviosa.— Total, este sitio es oscuro, no se notará.—
Él se seguía riendo e incluso me sonreía con mucha seguridad.
Este tipo desprendía alta autoestima.
Él media alrededor de un metro noventa y dos, diez centímetros más alto que Kyle, tiene una piel tostada y es fuerte, como el cuerpo de un culturista.
Tiene el cabello rapado y unos ojos de tamaño grande, de color marrones oscuros, labios gruesos, nariz pequeña.
Creo que no era de este país, parecía latino aunque no estaba segura.
Yo no estaba tomando mucha atención a lo que decía por qué me fijé en sus dientes perfectos y relucientes.
Es como un tipo de Dios griego o algo así.
—¿Me has oído?—gritó cerca de mi rostro para ser escuchado y yo volvía a la realidad, sacudiendo a mí cabeza.—
—¡Es por la música!—
Aquel chico soltó una carcajada de manera graciosa y yo me reía sin más, estando nerviosa.
Pero me volvía a mirar con normalidad.
—Voy al baño.—
Me fijé como se iba al servicio y yo me sentí fastidiada por qué se había ido.
Mierda.
Bueno, da igual.
Yo bailaba aunque con poco ritmo mientras me estaba tomando mi segunda copa y a los pocos minutos desvíe mi mirada hacia él.
Él tipo se estaba apretando la nariz y luego se la limpió.
Probablemente se había metido coca...
Aquel chico estaba mirando a todos de la pista, como si estuviera buscando a alguien hasta que logró alcanzarme a verme y sonreía de manera relajado.
¿Me estaba buscando a mí?
Él venía hacia a mí, andando despacio y tranquilo hasta colocarse a mi lado.
—Pensaba que te habías ido.—
Negaba rápidamente con mi ceño fruncido y le sonreía nerviosa.
—¿Has venido sola?—
—No.—respondí tartamudeando pero por la música no lo apreciaba.— Mi amiga está en el baño, ahora saldrá.—
Él sonreía de lado de manera pícara y volvía mirar al frente, bebiendo de su copa por segundos, cuando dejó de beber me volvía a mirar a mí.
—¿Quieres una copa? Me siento mal haberte manchado el top.—
Alzaba mi copa con una sonrisa traviesa.
—Ya tengo una, gracias.—
Él me sonreía con una sonrisa arrebatadora y colocó su mano sobre su pecho.
—No quiero ser atrevido pero eres muy guapa, menudos ojazos tienes.—
Dejaba mis labios entre abiertos por qué era un chico directo y se me escapaba una carcajada.
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Fatídico
RomanceDafne es una joven estudiante de filosofía que quiere escribir un libro pero por falta de experiencias en su vida no se vez capaz de hacerlo. Ha tenido una vida buena, una vida perfecta. Un novio que la quiere, una familia que la aprecia y rodeada d...