Capítulo 25

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La mayoría de veces quedábamos para tomarnos un café al medio para hablar de nuestras cosas.

Se que actuábamos como amigos pero.. se que Damien siente atracción por mí al igual que yo por él.

Yo lo puedo notar por ambas partes.

Él es un chico tímido, se sonroja en la mayoría de veces y es muy educado.

Damien es con una persona que se puede hablar de todo y me agrada.

Me gusta eso.

Me sentía muy cómoda con él, me sentía.. yo misma.

******

Estuvimos cuatro días sin vernos por qué tuvo muchísimo trabajo en la discoteca y se encontraba realmente cansado pero no dejábamos de hablar por WhatsApp.

Me encontraba en el sofá de mi casa, viendo una película dramática y mi móvil comenzó a vibrar.

Cogía mi móvil repentinamente dándome cuenta de qué Damien me estaba mandando mensajes y yo fruncía el ceño.

Que raro...

Sería alrededor de las nueve de la noche.

Abría el chat para ver qué quería y me quedé leyendo los mensajes.

Damien: ¿Te encuentras por casa?

Fruncía el ceño con fuerzas y decidí responderle

Yo: Si

Damien: Vale, bien, se que es un poco tarde pero iba a preguntarte si quieres que nos veamos un rato.

Yo: ¿Hoy no trabajas?

Damien: No, hoy no y mañana tampoco, el jefe me ha dado dos días de descanso.

Yo: Que bien

Damien: ¿Te recojo y damos un paseo?

Yo: ¿No es un poco tarde? Lo digo por ti, que tienes que coger la moto.

Damien: No me importa, de verdad, pero me gustaría verte aunque sean cinco minutos.

Me hizo sonreír con ilusión por el ultimo mensaje que me mandó y suspiraba profundamente.

Le respondí que si y me dijo que iría en mi busca.

Decidí ir a cambiarme de ropa para quedar con él.

......

Me puse una falda corta de color marrón oscuro de tiro bajo mostrando mi delgado vientre, junto una camiseta de color blanca con tirantes cruzadas y unas sandalias de plataformas de esparto de transparencia.

Me maquille los labios con un gloss marrón oscuro y un fino eyeliner a cada lado de mi ojo.

Me dejaba el pelo suelto y me miraba mis espaldas.

Ahora mismo agradecía el haberme cortado el cabello a la altura de mi espalda, ya lo tenía demasiado largo.

Por último, me echaba una fragancia por mi cuerpo de olor florales y mi móvil nuevamente vibro.

Lo comprobé, me dijo que estaba abajo y decidí ir en su busca.

<< ... >>

Salía del portal de mi edificio con la mirada al frente y me di cuenta que ahí estaba Damien.

Él estaba apoyado en su moto en mi espera con sus brazos cruzados con una camiseta marcada de color rojo vino, unos jeans negros apretados y unas deportivas de color negras aunque con la marca de Adidas de color blanca.

Fatídico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora