Capítulo 18

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Entramos a mí habitación sin dejar de besarnos con desesperación.

Lo primero que hice fue en cerrar la puerta con pestillo y luego nos seguíamos besándonos.

Nos estábamos devorando con nuestros besos, apenas podíamos respirar bien, pero las ganas nos podía.

Yo me quitaba mi calzado con mis pies torpemente hasta quedar descalza y me seguía besando pero desquitó sus labios de mi los míos.

Respiro profundamente recuperando el aliento y tenía mi rostro agarrado.

—Hace muchísima calor aquí.—

—Espera.—

Me dirigía corriendo hacia la ventana de mi habitación para abrirla pero cerraba la cortina para que nadie viera nada y regresábamos a lo que hacíamos.

Nos seguíamos besándonos mientras que él apretaba mi trasero fuerte y yo desabroché su pantalón bajándolo.

Luego le quitaba su bóxer también hasta la altura de sus rodilla y empecé a tocar su miembro con fuerzas.

Él también empezó acariciar por debajo de mi vestido sin dejar de besarnos.

Estuvimos unos minutos de esta manera, besándonos y tocándonos mutuamente hasta que decidí sentarme en la cama.

Colocaba su enorme miembro dentro de mi boca y empecé a chuparla con devoción.

La mano de Kyle apretaba fuertemente contra mi cabeza para que llegará hasta la garganta y yo colocaba mis manos a cada lado de su cadera.

Estuve alrededor de veinte segundos haciendo lo mismo.

—Joder, Dafne, voy a correrme.—anunciaba que iba a correrse entre jadeos placenteros y dejaba de chupar.—

Acto seguido levanté mi mirada hacia a él y me quitaba el tanga mientras me mordía el labio con fuerzas.

—Dafne, ¿Que haces?—

—¿Tú que crees?—dije entre risas mientras me quitaba el vestido y dejaba a un lado, quedándome completamente desnuda.—

—¿Lo vamos hacer aquí? ¿En casa de tu padres?—

—¿Y que pensabas que íbamos hacer?—

—Ya te lo he dicho, solo tocarnos pero no vamos a follar aquí.—

—¿Que dices? Claro que vamos a follar.—

Kyle se quedó desconcertado, desvío su mirada hacia atrás y me volvía a mirar desconfiado.

—Dafne, tú hermano está a fuera, puede oírnos.—

A mí se me escapaba una sonrisa absurda y volvía a tocar su miembro, está vez con lentitud.

—Mi hermano está jugando a la consola, ni se enterará.—

—Tu gritas demasiado, eres muy escandalosa.—

Subía mi mirada de repente hacia a él de manera desafiante.

—Si no me follaras como una bestia, no gritaría tanto.—

Kyle se lamía el labio mientras se dejaba tocar y se me quedaba mirando a mis enormes pechos.

Yo decidí tumbarme en la cama, abriendo mis piernas de par en par y empezaba acariciar mi vagina.

—Tu dirás que harás...—

Él se mordía el labio con fuerzas al verme de aquella manera y al final asintió convencido.

Yo sonreía victoriosa por conseguir lo que quería y primero se quito sus deportivas quedando descalzo.

Yo empecé a tocarme por mi misma completamente excitada y pasaba mi otra mano, manoseando mi propio pecho en círculos.

Fatídico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora