Capítulo 6

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Mi móvil estaba en el coche de Kyle.

Mierda.

Me quedé en shock por minutos hasta que decidí irme a la ducha y ducharme por un buen rato.

Desde la ducha empecé a oír como empezaron a tocar al portero.

Seguramente sería César para ir a ver a sus padres pero me negué por completo a abrirle.

Será mejor que no le abra, además... le he puesto los cuernos, no sé cómo le miraré a la cara.

******

Me quedé todo el fin de semana sin móvil y en clase ya estuve pensando en comprarme otro.

Ya lo tenía asumido de que he perdido mi móvil por qué Kyle no sabía dónde yo vivía y tampoco vendría a devolverlo.

Seguramente ya lo habrá vendido.

¿Por qué pienso tan mal de él?

Después de las clases, andaba por el pasillo para irme al campus y escuché mi nombre.

Me giraba repentinamente dándome cuenta que era Abigail.

—Dafne.—dijo mi nombre de manera preocupante y se acercaba a mí.— ¿Pero a ti que te pasa? ¿Por qué no me has contestado a los mensajes? ¿Por qué me ignoras en clases?—

Resoplaba con fuerzas por sus preguntas

—Abigail, he perdido el móvil y por eso estoy preocupada.—

—¿Cómo? ¿Que has perdido el móvil?—

—Si.—respondí.— Fue en el coche de Kyle, se me olvidó cogerlo cuando me bajé de su coche.—

—No jodas, tía.—dijo abriendo sus ojos de par en par sorprendida y acentuó su mirada a mí.— ¿Te lo tiraste?—

—Abigail.—dije su nombre protestando por lo que dijo y decidí darle la espalda.—

Me dirigía hacia al campus para sentarme en el césped con las demás chicas pero ella venia hacia a mí a paso rápido.

—Oye, que era una broma.—dijo.— Pero ya en serio, ¿Que ocurrió?—

No me senté y volvía a girarme para mirarla

—Kyle me llevó a casa y por las prisas, se me olvidó coger mi móvil.—

—Joder, tía.—dijo sintiéndose mal por mi e hizo una mueca pero chasqueó sus dedos repentinamente.— Podría pedirle el número de Kyle a Joan y podrías llamarle para que te devuelva el móvil.—

—¿Tú crees que Kyle me devolverá el móvil?—pregunté de manera irónica con una sonrisa absurda y me crucé de brazos.—

—¿Por qué no? No se ve mal tipo.—

—¡Dafne!—

Ambas giramos nuestras miradas al chico que grito mi nombre con desesperación.

César.

El que faltaba ahora...

Vino hacia a mí corriendo hasta que me abrazó sin dudarlo dos veces y me dejé abrazar aunque hice una mueca de dolor.

—César.—dije quejándome por su fuerte abrazo pero seguía abrazándome hasta que decidí apartarle.—

Él me agarraba de mis brazos, preocupado por mí y me miraba a mis ojos.

—Dios, no sabes lo preocupado que estaba por ti.—dijo.— Te he estado llamando, te busqué en casa, no estabas por ninguna parte.. ¿me puedes decir que te ha pasado?—

Fatídico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora