Capítulo 56

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Todo lo que tenía en mi mente fue aquel momento traumático.

Me encerré en mi casa, pensando si lo que me ocurrió fue real o no lo fue.

Si realmente lo que me hizo Kyle fue abuso o simplemente.. estuvo bien.

Estaba confusa, y también me sentía perdida como si ya no supiera quién soy yo, me sentía como si se hubiera perdido mi propia identidad.

Dejé de ir a clases otra vez y acepté que iba a suspender este año.

Me sentía deprimida, me sentía hundida...

Ni si quiera me reconocía en el reflejo del espejo, la otra persona que se veía en el espejo.. era otra persona paralela a la que yo solía ser.

Mi mirada había perdido la esencia de la alegría, de la emoción, había perdido mi sonrisa de ilusión y las ganas de vivir...

Parecía una muerta en vida, incluso, aparentaba más edad de la que tenía.

¿De esto se trata el amor? ¿Sufrir? ¿Llorar?

Recuerdo que en las charlas de la universidad decían que el amor no duele, y aunque no duela.. no entendía por qué yo le seguía queriendo.

Estuve una semana sin salir, sin comer, sin levantarme de la cama.

Solo me dedicaba a fumar marihuana para olvidar todo lo malo que me había ocurrido.

Para evadirme de la realidad, para evadirme del dolor.. y por qué me había vuelto una maldita adicta.

Kyle apareció en mi casa tras una semana sin aparecer en la suya, y aunque no debería de haberle abierto la puerta, lo hice.

Cuando me tumbé en la cama junto a él y me recosté en la cama, pensé...

¿Por qué buscamos consuelo en la persona que más nos hace daño?

Es irónico.

<< .... >>

Un tarde normal como otra cualquiera, estábamos en su cama tumbados, desnudos, al rato después de haberlo hecho y estábamos fumando marihuana juntos.

Kyle había cambiado la habitación por completo.

Él colocó una nueva puerta, pues la antigua la rompió por aquella discusión que tuvimos y compró una cama de matrimonio colocándola en dirección vertical.

En cada pared puso unas especies de mandalas místicas al igual que una alfombra en el suelo pero siguió el mismo escritorio.

Me gusta su nueva habitación.

Dentro de todo lo malo vivido, ahora me sentía relajada con mis ojos entre abiertos como si estuviera en un viaje ancestral.

Kyle le daba una calada más intensa y luego me pasaba el porro.

Yo lo sostenía mientras que me puse a fumar con mis ojos entre cerrados.

—¿Cuál es tu fantasía sexual?—

Fue lo que él me preguntó de una forma repentina aunque no me causó sorpresa.

—¿Mi fantasía sexual?—

—Si, ¿Cuál es?—

Yo expulsé humo de mi boca de aquel porro mientras me quedé pensativa por segundos.

—No creo que tenga una fantasía sexual.—dije.—

—¿Nunca has pensando en alguna fantasía conmigo?—

—Pues.. no sé qué decirte, creo que no.-le volvía a repetir siendo neutra.— Prácticamente era virgen.—

—¿Virgen?—preguntó extrañado.—

Fatídico Donde viven las historias. Descúbrelo ahora