Capítulo 28

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El fin del verano ya estaba llegando y para eso se celebra un festival para dar la despedida al verano.

Su duración es de tres días únicamente y gracias a que ya me puse bien del todo, decidí ir con Damien.

Abigail me llamo un par de horas antes para decirme que tal vez iría con Joan pero no estaba segura del todo.

A mí me pareció raro...

¿Ya se han reconciliado?

Los dos fuimos en bus por qué estaba a una hora de distancia de la ciudad aquel enorme festival que se componía de puestos de comida, de juegos, casetas de música, atracciones...

Cuando llegamos alli, los dos estábamos tomados de la mano, como una verdadera pareja y realmente ambos estábamos felices.

Nos montamos en los coche choque, luego en la montaña rusa y después en la noria.

En la noria decidí tomarle fotos desde abajo donde se podía ver la feria entera y luego me tomaba fotos con Damien de forma sonriente.

Me la estaba pasando muy bien con él.

Cuando me bajé de la noria, nos dimos un paseo y fuimos a comernos unas hamburguesas por qué nos entró el hambre.

Pero de repente mi móvil comenzó a sonar y le pedía a Damien que cogiera mi media hamburguesa.

Yo contestaba a la llamada sin comprobar quién era.

—¿Diga?—

—¡Dafne! ¡Soy Abigail!—dijo de forma eufórica, sonando feliz mediante la llamada y sonreía ampliamente.—

—Abigail.—dije su nombre emocionada al recibir la llamada y continuábamos andando a paso lento.—

—¿Estás en la feria?—

—Si, Damien y yo llevamos un rato aquí.—

—Pues yo quiero que nos veamos un rato.—

—¿Donde estás? Será difícil de encontrarnos por qué aquí hay muchísima gente.—

—Ve a la parte de las casetas y espérame en fuente de agua que es redonda.—

—Está bien, quién llegue primera manda un mensaje.—

—¡De acuerdo!—

Ambas colgamos la llamada y le quitaba mi hamburguesa a Damien.

Él parecía haber terminado de comer y se limpió con una servilleta que se había cogido.

—¿Quién era?—preguntó.—

—Era Abigail, quiere que nos veamos un rato.—dije, acercándome la hamburguesa a la boca con intención de comerla.— Vayamos a la parte de las casetas.—

Él asintió sin más y de repente me rodeo mis hombros para estar apegada a su cuerpo.

Me sentí protegida por qué aquí había muchísima gente y me podía perder.

Puede que lo hiciera por eso.

Yo ya había terminado de comer hace rato y finalmente logramos llegar a aquella fuente que Abigail nos dijo.

Le mandé un par de mensajes e incluso la llamé pero la cobertura no estaba funcionando bien.

Casualmente recibía nuevamente una llamada de ella y se lo cogía rápido.

—Eh, Abigail, ya estoy aquí.—

—No te veo.—

Me alejaba un poco de la fuente para diferenciarla entre tantas personas y ella estaba de espaldas.

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