Capítulo 19

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Durante todo el trayecto de vuelta a casa no volvimos hablar y yo me sentía fatal por lo que le hice pasar a Kyle.

Finalmente llegamos a donde él vive, Kyle aparcó el coche frente a la puerta.

Nos quedamos en silencio, él tenía su mano colocada en su boca.

Kyle seguía teniendo la mirada al frente y yo decidí desviar la mirada a él, suspirando.

—¿Tienes hambre..? Podría preparar algo de comer ahora.—

—No.—respondió.— Estoy avergonzado por lo que ha ocurrido, Dafne.—

Volvía a negar nuevamente sintiéndome culpable y fruncía el ceño nuevamente.

—No ha sido culpa tuya como te he dicho, a sido mía.—

—Tendría que haberme disculpado con tu hermano.—volvía a repetir siendo cabezota y con los dedos colocado en su boca.—

—Kyle, te he dicho que no.—

—¿Pero tú no te das cuenta que ahora no me verá con buenos ojos?—me pregunto con una voz alterada y me miraba de repente con una expresión enfadada.—

—Me da igual lo que coño piense mi hermano, Kyle, ya me estás hartando.—

—¿Que estás hartando? ¿Me puedes decir tu que ves bueno en mi? Respóndeme.—

—Dios.. ya se por qué lo dices.—

Él me miraba fijamente a mis ojos en espera de una respuesta, con desesperación.

—Me importa una mierda si no vas a la universidad o no tienes un trabajo decente, ¿Y sabes por qué? Por qué solo me importas tú, como eres conmigo.—

Kyle trago saliva y se emocionó por lo que decía pero reprimía sus sentimientos.

Él se mostraba frío conmigo y dejaba sus labios entre abiertos.

Ya no podía seguir ocultando lo que sentía por mi.

Decidí colocar una mano en su rostro y me incline hacia a él mirándole a sus ojos fijamente.

—Te quiero, Kyle.—dije con firmeza mirándole a sus ojos color mieles y aguantaba las ganas de llorar.— Yo te quiero.—

Él se quedó impresionado por oír aquellas palabras y por unos segundos, quedó ausente mentalmente.

Seguro que la habré fastidiado pero ya no aguantaba más.

Le di un beso en sus labios con ternura y él me lo devolvía sosteniendo mi rostro.

Kyle me daba otro beso, y se desquitó sus labios de los míos.

—¿Tú me quieres?—

—Te quiero.—le volvía a responder con total sinceridad y sentía un nudo en mi garganta.—

Él me miraba de forma incrédulo, como si no se lo dijera de verdad y poco a poco se apartó de mí.

Hubo un silencio alargado y tenso por su parte.

Hasta que él soltó un suspiró profundo, colocando su mano en su torso por segundos.

—Subamos a casa.—

Me quedé helada por su reacción.

Me esperaba.. más emoción por su parte.

O que él me dijera lo mismo.

Pero no fue así.

No lo fue.

******

Cuando entramos a casa, él se fue a la habitación sin decirme ni una sola palabra más y se encerró en el cuarto.

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