Capítulo 44

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Yo seguía drogada por aquella pastilla de éxtasis y al final decidimos salir de allí.

Mi cuerpo ardía por completo al igual que el de Kyle.

Y yo estaba tan excitada que el tacto de sus dedos me hacía sentirme más sensible que de costumbre.

Me puse completamente desnuda, al igual que él pero a cuatro patas.

Kyle me estaba lamiendo la raja del trasero mientras que me lo abría en dos y yo no dejaba de gemir en voz alta, mordiendo el labio con fuerzas.

Estuvo unos minutos chupando, para que estuviera más excitará de lo que estaba.

Pero yo sentía muchísima calor y me hice una coleta para sentirme mejor aunque el cuerpo me seguía ardiendo, incluso estaba sudando mi frente.

Kyle se puso de rodillas en la cama e introducía un dedo dentro de mi vagina mientras que seguía a cuatro patas.

Yo me seguía mordiendo el labio y pasaba mi mano por mi propio pecho, tocándolo.

No me la había metido y ya estaba muy húmeda.

Estuvo unos minutos tocándome hasta que se apartaba de mí y se puso en pie en el suelo.

—Espera.—

Desvíe mi mirada hacia atrás pero no lograba ver mucho a causa de la oscuridad y volvía a mirar al frente.

Bajaba mi mano por mi vagina, tocándome a mi misma manteniéndome en aquella postura y yo no dejaba de jadear levemente.

Todo lo que quería es que Kyle me follara hasta destrozarme por dentro.

No se si el éxtasis era la razón pero las emociones se intensificaban el doble y me sentía más caliente que nunca.

Me dejaría hacerme lo que Kyle quisiera, no me importará.

Pero yo quería ser su perra.

¿Por qué tenía estos pensamientos tan sucios?

De repente escuché que Kyle estaba esnifando algo pero no sabía que era.

Por qué yo estaba mirando al frente aunque me quedé pensando en ello.

Él volvía a ponerse detrás mía, arrodillado en la cama y se escupía en su mano mientras se tocaba su propio miembro.

Finalmente, él cogía de su miembro y la introducía en mi vagina metiéndola hasta al fondo de golpe.

Dejé escapar un grito por el impacto.

Kyle me agarraba de mis caderas mientras que penetraba siendo rudo hasta al fondo y yo volvía a pasar mi mano por mi pecho, apretándolo.

Ambos estábamos jadeando aunque a mí se me escuchaba más.

Parecía que su miembro era el doble de enorme y me llegaba hasta el estómago.

¿O simplemente sería mi sensación por las drogas?

No tenía ni idea pero me estaba disfrutando como nunca.

Él me follaba sin tener compasión conmigo y yo no dejaba de gritar en voz alta.

Tenía tantas fuerzas en mis manos y en todo mi cuerpo que empecé arañarme a mi misma desde mi cuello hasta mi pecho, apretando mis dientes.

Era una mezcla entre dolor y placer, pero me fascinaba.

Dejaba mis manos sobre la cama mientras que Kyle me seguía follando.

—Pegame, Kyle.—

Kyle me daba una cachetada en mi trasero y yo cerraba mis ojos por ello, pero yo quería más.

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