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Capítulo 11. "Hola, Kels."

Justin.

Malditas horas de viaje, quería solamente ya llegar a Los Ángeles y poder estar en mi casa nueva. Sería una gran oportunidad para mi, porque empezaría a ser alguien nuevo no más problemas, no más chismes que pudieran decir de mi. Iba a empezar otra nueva etapa mía, volvería a ser el chico que podría tener una vida normal, el que a pesar de los chismes de cada cosa que inventaban podía seguir teniendo una relación fuerte y estable. Y eso iba a ser, iba nada más que recuperar a la chica que más amó y amé en mi vida. No se me iba a escapar de las manos como las otras veces, iba a intentar todo de nuevo aunque ella se negará. Mi corazón iba a pertenecer a ella siempre, aunque pudiera tener sexo con cualquiera siempre ella iba a estar en mi mente y mi corazón.

Vi la hora y solamente faltaban 20 minutos para poder llegar al destino, ya me estaba doliendo el culo tanto estar sentado y sin poder hacer nada. Creo que esa era una de las cosas que no me gustaba hacer ni viajar, estar sentado todo el momento y sin poder pararme o algo. Desearía tener una cama y estar ahí así para poder dormir y sin que mi trasero se aplastara. Salí de mis pensamientos al ver Alfredo al frente mío, examinándome.

¿Emocionado? - Su sonrisa se formó y soltó una leve carcajada.

Más que emocionado, bro. - Río y choco los puños con él.

No quería emocionarte más pero tu casa nueva queda casi al lado de la de Kels. - Soltó deprisa y no me podían salir las palabras, iba a estar cerca de ella. La iba a poder ver todo lo que se me diera la gana.

¿Me estás jodiendo? - Negó con la cabeza y sonreí de inmediato, en estos mismos momentos podría tener una sonrisa de cualquier estúpido pero no iba a ser así, la iba a poder tener conmigo más cerca y eso era lo que me gustaba. Un grito de Scooter se sintió y baje rápidamente del avión para ir al auto, ya estaba nervioso. Los nervios me comían por dentro, quería verla y poder abrazarla. Ver como estaba estos días sin mí, si a lo mejor estaba bien o estaba mal. Solamente quería saber eso para que esta herida pudiera sanar, no verla mal como lo hice y dañarla de nuevo, quería arreglar todo. 

Llegué a la casa y era igual a la otra, del mismo porte y con la misma seguridad. Realmente ya me estaba acostumbrando a tener una casa solamente para mi, ya que mis amigos vivían conmigo pero se la pasaban con sus familiares en los demás días. 

Saldré.- Grité rápidamente y camine lo más rápido sin poder mirar hacía adelante. Quería llegar a su casa, a lo mejor poder verla. Aunque sea verla desde lejos me iba a hacer mejor, me iba a sentir de nuevo completo en ver su cara, sus labios, su cabello que tenía. Su forma de ser tan única que era y su cuerpo, lo que más deseaba era su cuerpo. Nadie como ella iba a ser tanto que la deseará, ninguna persona en el mundo. Sentí un cuerpo chocar con el mío y rápidamente levante mi mirada.

Mierda, perd...- Dejo de hablar en el momento que me hablo, era ella. Estaba distinta, su pelo estaba atado en una cola de caballo y sus pantalones ajustados. Seguía tan bien como la vi, seguía siendo esa chica con la cual me enamoré perdidamente.

Hola, Kels. - Sonreí de inmediato esperando una respuesta de ella, pero no podía. Sus ojos al verme se oscurecieron rápidamente y se llenaron de lagrimas. Quería abrazarla, sostenerla y decirle que me perdonará que nunca fue mi intención nada de lo que paso, de que sigo locamente enamorado de ella. 

Chicas, pásense por mi otra novela que se llama "Secret", empezaré con nuevos proyectos y sería agradable si me ayudarán.