A Un Paso De La Luna - Juan Pablo Villamil {morat} (Sin Editar)

Capitulo 45

El discurso seguía, pero entre mis pensamientos y el ambiente emocionado, no lograba captar exactamente a qué se referían, no creo que sea sobre que se mudaron juntos porque hace tiempo que ya lo hicieron, tal vez puede que hayan decidido casarse, pero lo dudo mucho, ella no es de primero matrimonio, familia tradicional, amor y patria, es del tipo de chicas más liberales que he conocido. Sin embargo, la emoción en sus voces y el brillo en sus ojos hablaban por sí mismos. Todos estábamos ansiosos por escuchar la noticia completa y compartir su felicidad.

Isaza asintió con una expresión seria pero emocionada.

"Y hemos tomado una decisión que queremos compartir con ustedes"

Mientras el suspenso se hacía palpable en el aire, yo intentaba adivinar qué era lo que Kenia e Isaza nos querían comunicar. El silencio se prolongaba y la expectativa crecía con cada segundo. De repente, Kenia rompió el momento con un grito de emoción, saltando con la energía que siempre la caracterizaba.

-¡VAMOS A TENER UN BEBÉ! -exclamó, sacando rápidamente una ecografía de su bolsillo y mostrándola a todos.

Isaza, a su lado, sonreía desbordando amor y orgullo, observando a Kenia compartir la noticia. Todos en la sala reaccionamos con una mezcla de sorpresa y alegría. Cuando Kenia dio la noticia, grité:

-¡¿QUÉEEE?! -casi al mismo tiempo que todos nos levantábamos de los sofás para felicitarlos.

Nosotras corrimos a abrazar a Kenia, mientras que los chicos se dirigieron a Isaza.

Villamil le decía a Isaza con una sonrisa:

-Vas a ser un gran padre.

Martín lo felicitaba con un fuerte apretón de manos y un abrazo:

-Felicidades, hermano. Esto es increíble.

Simón, todavía en shock, repetía:

-Esto sí que no me lo esperaba. ¡Felicidades, hermano!

Por el lado de Kenia, todas la abrazábamos con entusiasmo. Laura exclamaba emocionada:

-¡Voy a ser tía!

Nath, con los ojos llenos de lágrimas, estaba a punto de llorar de la emoción. Yo, pese a ser la más sentimental del grupo, no lloré. En su lugar, la abracé fuertemente y le susurré al oído:

-Vas a ser una madre increíble.

Después de ese momento, los chicos se acercaron a Kenia para felicitarla, mientras nosotras íbamos a abrazar a Isaza. La atmósfera estaba cargada de felicidad y amor, y la noticia del bebé había llenado la habitación de una energía especial. Todos estábamos emocionados por este nuevo capítulo en la vida de nuestros amigos, y no podíamos esperar a ser parte de esta maravillosa etapa junto a ellos.

Simón, aún incrédulo y emocionado, le dice a Kenia:

-¡Dios mío! ¡Serán los primeros padres del grupo!

Kenia, siempre con su chispa y sentido del humor, responde bromeando:

-Y ese puesto casi lo ocupan ustedes dos -señalándonos a Villamil y a mí.

Todos ríen, y yo, sin poder evitarlo, le respondo con un toque de sarcasmo:

-Qué graciosa eres, Kenia.

Isaza, aún sonriente, continúa la conversación con un brillo especial en los ojos:

-Pero eso no es todo.

Se dirige hacia una repisa y toma un sobre blanco. Volviendo al centro del grupo, nos mira a todos con emoción contenida.

-Aquí tenemos el género del bebé -anuncia, levantando el sobre-. Y queremos descubrirlo con todos ustedes.