Capitulo 60

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A los dos días siguientes del viaje de Villamil, me desperté temprano para ir a mi último control de embarazo antes de la llegada de nuestra hija. Sabía que él llegaría al día siguiente, y estaba ansiosa por contarle todos los detalles de la consulta, pero por ahora, tenía que manejar la situación yo sola. Me sentía tranquila; después de todo, cada chequeo había ido bien hasta el momento. Me vestí con algo cómodo y Susana llegó puntualmente para acompañarme. Ella sabía que me gustaba tenerla cerca para distraerme un poco, además habíamos logrado volvernos más cercanas los últimos años.

Llegamos al consultorio y, al entrar, la Dra. Morales me recibió con una gran sonrisa. A estas alturas, sentía que la doctora era más una amiga que mi ginecóloga. Siempre tenía esa calidez que me hacía sentir segura, incluso cuando estaba más cansada o incómoda por el embarazo.

-¡Abril! - me saludó con entusiasmo mientras me hacía señas para que tomara asiento. -¿Cómo te sientes hoy?

-Bastante bien, aunque ya sabes, estas últimas semanas han sido pesadas. Villamil está fuera, pero por suerte, todos han sido un gran apoyo. ¡Ya no puedo esperar más para conocer a mi niña! -dije sonriendo, sintiendo un pequeño salto en mi vientre como si la bebé también estuviera emocionada.

La Dra. Morales comenzó a hacer las revisiones habituales. Todo parecía bien; la bebé estaba activa, su corazón latía fuerte, pero noté que la doctora observaba la pantalla del ultrasonido con más atención de lo normal. Frunció ligeramente el ceño, pero enseguida cambió de expresión y me sonrió para calmar cualquier preocupación que pudiera tener.

-Todo se ve bastante bien, Abril. Sin embargo, me gustaría hacerte unos exámenes adicionales- dijo con suavidad, evitando hacerme sentir alarmada. -Quiero estar absolutamente segura de que todo esté perfecto para la llegada de tu pequeña.

-¿Hay algo de qué preocuparse? -pregunté, con un poco de curiosidad, aunque mantuve la calma.

-No, no te preocupes- respondió con rapidez. -Los latidos son normales, y tu bebé está creciendo perfectamente. Solo quiero hacer estos exámenes nada mas de rutina. A veces, nos gusta ser minuciosos en esta etapa tan avanzada.

Asentí, confiando plenamente en su criterio. Después de todo, ella había estado conmigo desde el principio, y siempre había sido transparente. Sin embargo, una pequeña inquietud se instaló en mi mente. No era exactamente miedo, pero algo me decía que debía estar atenta.

Al salir del consultorio, no quise preocupar a nadie con los exámenes adicionales, especialmente a Villamil. Estaba a solo un día de volver, y no quería que se sintiera impotente estando lejos. Me limité a contarle a Susana, pero lo hice de forma superficial.

-La doctora solo quiere hacerme unos exámenes más- le comenté mientras caminábamos hacia el auto. -Nada de qué preocuparse, lo típico de estos últimos controles. Todo va bien con la bebé.

Susana me miró de reojo mientras abría la puerta del coche, y aunque no dijo nada, sentí que estaba un poco alerta.

-Bueno, si la doctora no está preocupada, entonces no hay de qué preocuparse- respondió finalmente con una sonrisa tranquilizadora.

El resto del día pasó tranquilamente, pero no podía evitar contar las horas para que Villamil volviera. Estaba segura de que todo iba a salir bien, y aunque no se lo dije a nadie, tenía una corazonada de que nuestra pequeña estaba más lista que nunca para llegar al mundo.


Cuando Susana y yo nos subimos al coche después de la cita, ella encendió el motor mientras yo me acomodaba en el asiento, sintiéndome algo cansada pero aliviada de que todo con la bebé iba bien.

A Un Paso De La Luna - Juan Pablo Villamil {morat} (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora