Capitulo 67

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(Por derechos de autor idk, no me permite subir el link de la canción, así que pueden ir a escucharla, se llama "Diez mil maneras" de David Bisbal)

¿Por qué no caminas junto a mí?
De la mano
Solo sin decir nada
Solo basta estar aquí
Suficiente con mirarnos


Al despertar, la luz del sol entra por la ventana, pero la habitación está en silencio. Me giro, buscando a Luna, pero su cama está vacía. Con un leve sentido de inquietud, me levanto y me dirijo hacia la sala.

En la mesa, un papel blanco destaca entre la rutina matutina. Me acerco y reconozco la caligrafía de Abril. Con un nudo en el estómago, leo la nota:

"Me llevé a Luna. Voy a pasar el día con Marto y Laura. Regreso a casa en la tarde. Te amo."

Esas palabras me traen una mezcla de alivio y tristeza. Por un lado, me alegra que Luna esté con amigos, pero, por otro, me doy cuenta de que ahora me quedo solo. Una soledad abrumadora se instala en la casa, y en un intento de distraerme, decido refugiarme en el estudio, el lugar donde siempre encuentro consuelo al escribir canciones.

Intento distraerme. Tal vez debería volver a la cama, intentar dormir un poco más o, mejor aún, refugiarme en el estudio. Es ahí donde siempre he encontrado la paz, donde las notas y las letras fluyen como un manantial. Pero al llegar al estudio, la presión en mi pecho se siente más pesada. La guitarra me llama, pero el silencio es ensordecedor.

Me siento en la silla, el cuaderno de canciones frente a mí, pero no puedo concentrarme. Mis dedos recorren las cuerdas sin entusiasmo, y lo único que me viene a la mente es la discusión con Abril y la angustia que dejo atrás.

Justo cuando intento aclarar mi mente, el timbre de la puerta interrumpe el silencio. Me sobresalto. ¿Quién podría ser? Voy a la entrada y, al abrir la puerta, me encuentro con L y H, los padres de Abril.

—Hola, ¿Como están?. Abril no está, se fue con Luna.

Uno de ellos, H, responde con una seriedad inusitada:

—No vinimos a hablar con ella. —La declaración me sorprende, y me doy cuenta de que ya están al tanto de la situación.

El aire se vuelve denso entre nosotros, y mis instintos me dicen que esto no es solo una visita casual. Su preocupación es evidente, y eso me hace sentir como si estuviera en el centro de un tornado emocional.

—¿Cómo supieron? —pregunto, tratando de mantener la calma.

L toma la palabra, su voz grave y serena: —Hemos estado hablando con Abril, y ella nos contó lo que está pasando.

—O sea que están al tanto de que ella no quiere tomar tratamiento, ¿verdad?

H asiente, y hay un entendimiento en su mirada. —Lo sabemos, pero como padres, queremos estar aquí para apoyarla. También queremos asegurarnos de que tú estés bien.

Me quedo en silencio, luchando con el remolino de pensamientos en mi mente. La idea de que Abril confió en sus padres me hace sentir una mezcla de celos y alivio. Quiero que tenga su apoyo, pero también desearía poder ser yo quien la ayude en este momento.

—¿Y aún así no han hecho nada para que cambie de opinión? —mi voz se quiebra, el dolor de la situación calando hondo en mí.

L responde, con una tristeza en sus ojos que parece igualar la mía:

—No es eso. A mí me duele demasiado que Abril no pueda luchar. Yo le pedí también que tomara tratamiento, pero ella ya está decidida a no hacerlo.

A Un Paso De La Luna - Juan Pablo Villamil {morat} (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora