Capitulo 50

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Ya faltaban solo dos días para la boda, y el tiempo había pasado tan rápido que apenas podía creerlo. Afortunadamente, Villamil, mi suegra, la mamá de Martín y Simón, quien ha sido muy importante para mí, junto con mis amigas, estuvieron ahí para hacer más fácil la organización: los vestidos, la recepción, la comida, las invitaciones, todo. Sentía una inmensa gratitud por tenerlos en mi vida.

El sol comenzaba a ponerse, y todos estábamos reunidos en el patio trasero de mi casa, donde hay una zona verde grande y hermosa. Los hijos de Isaza y Kenia estaban al cuidado de sus abuelos, así que teníamos la noche para nosotros. Decidimos no tener las típicas despedidas de solteros, sino que optamos por una pequeña reunión que terminaría en una pijamada, como en los viejos tiempos. Claramente, omitimos el alcohol por obvias razones, especialmente por mi embarazo.

La atmósfera estaba llena de risas y conversaciones animadas. Kenia se acercó a mí con una sonrisa pícara y me dijo:

—En dos días serás la señora de Villamil. ¿Estás lista para el nuevo título?

Reí, sintiendo cómo mi corazón se llenaba de emoción.

—¡No puedo creerlo! —respondí—. A veces siento que todo es un sueño.

Nath me miró con ternura y señaló mi vientre.

—Parece que ya se está empezando a notar tu pancita, aunque sea muy poco.

Miré hacia abajo y acaricié suavemente mi vientre. Una oleada de ilusión me recorrió al pensar en el pequeño que venía en camino.

—Sí, es increíble. No puedo esperar para conocerlo —dije con una sonrisa.

La noche avanzó y las conversaciones se volvieron más animadas. Entre bromas y risas, empezamos a recordar anécdotas del pasado. Simón, con una sonrisa maliciosa, sacó a relucir una de mis historias favoritas.

—¿Recuerdan cuando Abril apostó con Villamil que no se emborracharía en el cementerio? —dijo, provocando risas entre todos.

Martín se unió rápidamente.

—¡Y perdiste con solo dos vasos de champagne! Al final, te tocó ser la chofer de Villamil toda la noche.

Me llevé una mano a la frente, riendo.

—¡No me lo recuerden! Fue una noche bastante... interesante.

Villamil sonrió y añadió:

—De hecho, creo que nada supera cuando rompimos el kiosco y caímos al pequeño lago en plena medianoche.

Kenia abrió los ojos sorprendida.

—¿Qué? ¡No sabía eso!

Villamil me miró con una sonrisa cómplice.

—Bueno, es que en ese momento le estaba pidiendo a Abril que fuera mi novia.

Hubo un silencio momentáneo antes de que todos estallaran en risas y exclamaciones de sorpresa. Nath me miró boquiabierta.

—¿No sabían? —dije, tratando de contener la risa.

— ¡Tanto tiempo lo ocultaron! —Simon finge indignación

—¡Entonces siempre tuve razón! —exclamó Nath—. ¡Y me llamaron loca, desgraciados!

Todos nos unimos a las carcajadas. Recordé cómo Nath siempre sospechó de nuestra relación, incluso cuando hacíamos lo imposible por ocultarla.

—Lo siento, Nath —dije entre risas—. No queríamos que nadie lo supiera en ese momento.

Simón sacudió la cabeza, todavía riendo.

A Un Paso De La Luna - Juan Pablo Villamil {morat} (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora