Capítulo 26

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Gabriele no había pensado llevar aquella idea del matrimonio con la menor de las damas Vasatti demasiado lejos, en realidad, solo quería sacar de quicio a lady Camelia y ponerla en su lugar, pero

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Gabriele no había pensado llevar aquella idea del matrimonio con la menor de las damas Vasatti demasiado lejos, en realidad, solo quería sacar de quicio a lady Camelia y ponerla en su lugar, pero... ¿Estaba dispuesto a casarse realmente con la dama por aquel fin? No es que la joven le pareciese repulsiva, pero desde luego no era lo que tenía pensado para compartir el resto de su vida, aunque ello implicase contentar a su familia.

Siempre había pensado en su futura esposa como una beldad viviente, aunque nunca había despreciado a una mujer de buenos atributos que no fuese realmente bella, lo cierto es que su inclinación hacia las mujeres hermosas era conocida por todos. Eso, y su fama de entrometerse en lechos que no le correspondían.

Igual por eso estaba atónito ante la atracción que lady Camelia le generaba. No era hermosa, aunque ahora pareciese más atractiva con esas tonalidades que le sentaban mejor a su color de ojos y un peinado favorable... bueno, y esos pechos que amenazaban con salir de su vestido que eran tan apetecibles como dos melocotones jugosos. ¡Que demonios estaba diciendo! Ella le había parecido siempre repulsiva, lo opuesto a lo que él deseaba en una dama y sentir esa innegable atracción era un insulto para sí mismo.

Y a pesar de ello, cada vez que observaba la pasión en esos ojos cuando se enfrentaba a él, no podía evitar mirar sus labios.

¡Maldita fuera lady Camelia y su carácter taciturno!

Si. Su obstinación le había hecho dar los pasos para cortejar a la joven lady Georgia y, darse cuenta de que la motivación de la joven para impulsar aquel matrimonio era principalmente su ducado y el despliegue de buenos modales de los que le había hecho alarde, pero ni una sola conversación interesante. A diferencia de su hermana mayor, la joven no tenía nociones de idiomas más allá de un francés aceptable, tocaba el piano con devoción, pero sin gran pasión, desconocía cuanto era el valor de una joya o de los vestidos que llevaba y a pesar de admitir que deseaba viajar, nunca sabía a donde cuando le preguntaba solo era capaz de decir París, pronto se dio cuenta que su interés en geografía era similar al de un simio. Aquello no eran cualidades para rechazarla, de hecho, habría esperado que cualquier dama fuera exactamente como lady Georgia, el problema era otro, que después de saber los conocimientos que aguardaba lady Camelia, le decepcionaba conformarse con tan poco.

—La fiesta campestre que organizan los Vasatti el próximo fin de semana podría ser una ocasión perfecta para anunciar tu compromiso, ¿No crees? —mencionó lady Lucía frente a toda la familia íntima que conformaba los Guicciardini.

Gabriele apartó la vista del tablero de ajedrez en el que disputaba una partida con su primo para mirar a su madre, estaba sentada en una mesa de juego compartiendo cartas junto a sus tíos.

—Seré yo quien decida como y cuando, madre. —Su voz se alzó por todo el salón para ser contundente, no añadió que también pensaba decidir "quien" porque ya se difundía por todo Florencia que la próxima duquesa de Guicciardini sería lady Georgia.

El Tercer Secreto	Donde viven las historias. Descúbrelo ahora