El origen de la vida como tal tiene muchos supuestos; depende de qué punto lo quieras ver.
Está el espiritual, el teológico, el científico y otros más, pero en esa noche de verano cuando la lluvia comenzaba a caer para esos jóvenes era el preciso momento.
El pelinegro veía con detenimiento al jovencito frente a él que comenzaba a temblar; estudiaba cada detalle de su rostro, su postura, la transparencia de su alma.
Se acercó más a él solo para ver que tenía el labio partido y que tenía su cara golpeada, sintió que su corazón se rompió cuando escucho que el estómago ajeno protestaba por en falta de comida.
¿Cuánto tiempo llevaría ese Niño deambulando por las calles en ese estado?
Mientras que por el lado del más joven sentía aquella mirada podía saber hasta su secreto más personal, sentía su alma ser escudriñada a fondo, diseccionada de manera quirúrgica. Él aura de aquel hombre lo hacía sentirse chiquito, indefenso ante él pero de cierto modo no amenazado o en peligro eminente.
Quiso morir de vergüenza cuando su estómago le recordó lo vacío que estaba.
—¿ necesitas ayuda?—
—no, gracias—
Algo dentro del pelinegro se removió cuando el chiquillo enfrente a él bajaba la mirada ante el y se hacía más chiquito; como un tierno conejito asustado.
— tu cuerpo y en especial tu estómago dicen lo contrario, además comienza a llover, ven entremos—
—no lo conozco—
—Perfecto, tómalo como la oportunidad de conocer a alguien nuevo y de paso me evitas comer sólo—
—no tengo dinero—
—yo te invito, así que ven acompáñame—
— lo que usted diga, señor—
Y en ese momento mil bombas estallaron en el pecho del pelinegro.
Aquel Niño no sabía lo que acababa de ocasionar dentro de cuerpo y mente de hombre parado enfrente de él.
Una sonrisa de suficiencia y malicia se dibujaron en el rostro del hombre, una que el castaño no logró ver por tener la vista clavada al piso por la vergüenza que le ocasionaba la constante guerra entre sus intestinos.
En la cabeza de Jimin no cabía la razón del porque el hombre encargado de la recepción había dejado entrar a una rata callejera como él a tan fino lugar pero ahí se encontraba degustando un delicioso Vitel Toné con vino tinto, mientras su misterioso benefactor comía un corte de la más selecta carne vacuna a término tres cuartos con una ensalada César; se veía majestuoso el porte de aquel hombre de piel pálida.
El pelinegro veia y analizaba a su acompañante, quería saber quien era ese hermoso ser, pero tenía que ser paciente.
—¿cómo te llamas?—
Había algo en la voz de ese hombre que a Jimin le hacia confiar en el.
—Park Jimin, señor—
Era oficial, Yoongi había encontrado lo que tanto buscó. Y decidió que iría tanteando el terreno para ver que tanto podría avanzar con él o si le serviría para lo que lo quería.
—okey Jimin; mi nombre es Yoongi; Min Yoongi, y me gusta que me miren a los ojos cuando hablo con la gente;
Así que mírame cuando te hablo——lo siento señor—
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Señor
FanfictionEl lindo chico contaba con paciencia los minutos para que su señor llegara. Él vivía para complacer a su señor. El haría cualquier cosa para hacer feliz a su amo, después de todo el lo saco del infierno en el que vivía.