Dias malos; Dias buenos

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Ver la lluvia caer a través de la ventana había sido su nueva actividad favorita.

En realidad lo hacía para no volverse loco, el día se le iba en suspirar, leer y ver a través de esa maldita ventana.

Desde ese día en que besó a Yoongi, este no se había dignado a volver a esa casa, ya habían pasado tres días de eso y no sabía que hacer; es decir, no sabía si era correcto que él estuviera aún viviendo ahí,  porque era claro que había hecho algo mal para que el de cabello oscuro no haya regresado a su propio hogar o si debía irse sin más.

Jimin solo quería que regresara para disculparse y poderse marchar de ahí sin la preocupación de que la casa quedara sola.

La verdad era una patética excusa, lo único que quería era ver por última vez a su primer y estúpido amor. Porque si estaba enamorado de aquel hombre.

Otro suspiro.

Si hubiera sabido que su primer beso acabaría siendo el final de una historia de amor que ni siquiera había comenzado no lo hubiera dado jamás.

Otro sollozo para la colección.

No tenía idea de donde veían las lágrimas pero salían sin permiso alguno de sus ojos y quería qué dejaran de hacerlo.

Se levantó de su cama y se seco las gotas saladas que resbalaban traviesas por sus mejillas, se dirigió al baño a lavarse su cara, salió de ahí y buscó ropa abrigadora, algunos cambios más y una pequeña mochila, la cual preparo para poderse ir de ahí.

Una vez todo listo vi por última vez esa habitación en la que había estado durmiendo en los últimos meses.

Bajo desganado por las escaleras, con cada escalón que descendía se repetía que era muy estúpido e iluso, ja que imbécil había sido al haberse hecho una historia en su cabeza.

Cuando llego a la primera planta pudo escuchar ruido en el despacho de Yoongi.

Con su corazón latiendo a mil se acercó a la puerta para escuchar la voz distorsionada del hombre que ocupaba su mente y su corazón al otro lado de esta; dio un Gracias mudo para luego retirarse de ahí, camino sin hacer mucho ruido y salió de esa casa sin más.

Por otro lado Yoongi estaba hecho una furia, desde ese día que salió de su hogar para poder calmarse y no regresar y atar a Jimin a la cama y hacerlo suyo una y otra vez hasta perderse en su piel no había podido regresar a su casa, todo porque un idiota no hizo los preparativos pertinentes para poder debutar al nuevo grupo de idols, tuvo que encargarse el mismo de toda esa mierda; lo único que quería era regresar y volver a besar esos labios que lo habían dejado idiotizado.

Y ahí estaba aún peleando con uno de los ejecutivos de la oficina filial del extranjero; era un verdadero idiota a su parecer; un imbécil en toda la extensión de la palabra.

Enojado termino la llamada y mando a largar su móvil a quien sabe donde, salió de ahí directo a su habitación a ducharse, lo necesitaba y mucho.

Cuando paso por la habitación de Jimin está estaba muy silenciosa, supuso que lo más probable era que su niño estuviera en el baño o dormido, siguió de largo hacia la su propia habitación.

Después de esa ducha salió con mejor humor y volvió a pasar por la habitación del menor y abrió un poco la puerta y no observo al niño.

Bajo las escaleras y se dirigió a la cocina con la esperanza de encontrarlo ahí y nada; fue a ver al estudio de lectura obteniendo el mismo resultado; comenzó a entrar en pánico, a pasos rápidos se dirigió a la sala de cine y esta estaba vacía, de unas cuantas zancadas ya estaba de nuevo en la habitación del menor y la abrió sin cuidado alguno y vio el armario ligeramente abierto, pudo observar que hacía falta algunas prendas y como si tratara de un rayo bajo a la sala donde estaban las cámaras de seguridad y se puso a revisar una por una, hasta que reviso la de la entrada del portón  y lo vio salir bajo la lluvia.

Señor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora