Hermanos

67 11 6
                                    

El pelinegro veía con detenimiento la puerta de su habitación cerrada preguntándose cuánto más iba a tardar su amigo en salir de revisar a su precioso colibrí.

Pero lo que le inquietaba era la manera en que Su Hee lo miraba; siempre hubo algo en su mirada que le ponía incómodo; es decir cuando la conoció era un niño y ella no pasaba de los 25; pero había algo en ella que lograba ponerlo nervioso.

Sus oscuros ojos se posaron en el joven empleado de su padre que le desagradaba; aún no sabía quién era pero le molestaba que le hablara con esa altanería que le provocaba tumbarle los dientes.

—madre, el señor Min manda a buscarla.

La quijada del pelinegro casi se disloca de la impresión de haberse enterado de que ese muchacho que le caía como gancho al hígado en realidad era hijo de Su Hee y eso significaba que ese muchacho era su medio hermano.

—Woozi dile al señor Min que en un momento voy, quiero asegurarme que el joven Park se encuentre bien.

La cabeza del pálido le daba vueltas, es decir, toda su vida creyó que era hijo único de su padre y resulta que el mocoso de sonrisa petulante era su medio hermano.

Su Hee giró sus ojos cafés hacia el joven que parecía tener una crisis existencial, quería acercarse y abrazarlo con todo el amor que se le había obligado a  reprimir por tantos años pero sabía que si lo hacía abriría la caja de los secretos de la familia Min.

La puerta de la habitación se abrió y el joven Kim salió y de inmediato se llevó a su amigo para hablar con él acerca de los estudios que le haría a Jimin.

Ese momento fue aprovechado por la castaña para adentrarse y ver al rubio que se encontraba descansando sobre la gran cama king size. Le agradaba el jovencito y aún no sabía porque.

Le tendió una frazada y el rubio le regaló una sonrisa  muy bonita a la mujer.

—no se preocupe señora Lee, yo le voy a ayudar a que se acerque a su hijo.

—gracias joven Park, pero me preocupa más usted y su estado, ¿que hará si mi hijo no toma a bien su embarazo?

—bueno, creo que podría manejar esa situación yo solo, pero no se preocupe, algo me dice que este bebé será amado y querido.

—entiendo, si necesita algo me lo puede pedir con confianza joven Park.

—Jimin, solamente Jimin .

—oh! Entiendo, bueno Jimin descansa.

La mujer vio como por la puerta entraba un desconcertado Yoongi y prefirió dejarlos para que pudieran hablar.

El pelinegro traía su cabeza hecha un caos, por un lado estaba aturdido al darse cuenta que tenía un medio hermano y por el otro estaba la angustia que le dejó su amigo al decirle que necesitaba hacerle más estudios a su colibrí.

Tan pronto la mujer castaña salió de la habitación, Yoongi se dejó caer a un lado de su colibrí que no dijo nada y solo se limitó a abrazar a su hombre; a ciencia cierta no sabía lo que le pasaba pero vio en l mirada de su amado lo perdió que estaba en sus pensamientos.

Se dedicó a dejar dulces caricias en la melena oscura del hombre que lo abrazaba como si fuera su ancla hacia la cordura.

—Amor ¿estas bien?

El rubio no recibió respuesta así que siguió con su tarea hasta que sintió que la fuerza ejercida en su cuerpo se fue desvaneciendo y la respiración lenta y pacífica del cuerpo contrario le confirmó que el pelinegro se había quedado dormido, tomó la frazada y cubrió a su hombre para dejarlo descansar.

Señor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora