Mi pequeño

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Yoongi acarició con sus dedos la pierna que sobresalía de las colchas.

Eso era una invitación a algo más, o bueno, así lo vio el.

Delineó la pequeña y delicada cadena que había colocado él en el tobillo de su bebé, comenzó a recorrer la extremidad apenas y rozándola con su dedo hasta llegar a donde la cobija cubría el resto de la misma.

Cuando estaba lo suficientemente cerca pudo ver a su bebé dormido tan plácidamente que la paz que trasmitía aquella imagen lo hizo sentirse el hombre más dichoso del mundo.

Tomó la cobija y cubrió de manera adecuada a su colibrí; camino hacia el cuarto de baño para tomar una ducha rápida; una vez limpio y seco regreso a la habitación y sin más se adentró a las cálidas colchas y sujeto a su chico entre sus brazo; el cual sintió a su señor y abrió sus lindos ojitos para observar ese rostros que lo tenía perdidamente enamorado.

—Buenas noches Yoonie ¿tienes hambre?—

—si y mucha —

—bien; iré a calentarte la cena—

—tengo hambre de ti—

⚠️Se recomienda discreción ⚠️

Y como si la voz profunda y ronca tuviera un hechizo mágico, el cuerpo del Jimin reaccionó y enredo sus brazo en el cuello de su hombre.

Por su parte Yoongi estaba maravillado al adentrarse bajo la ropa que vestía el contrario y darse cuenta que su pequeño travieso solo tenía puesta una camisa larga y bajo esta no portaba prenda alguna; por lo que dedujo que en efecto; su chico lo había seducido al dejarle  ver su pierna desnuda.

Y comenzaron a besarse como si no se hubieran visto en días, cuando probablemente no fueron ni  más de 10 horas desde que se despidieron en la puerta de su hogar.

—ven aquí y complace a tu señor—

Y sin más Jimin se subió sobre el pelinegro, el cual no portaba prenda alguna y una vez ahí comenzó a balancearse provocando que los miembros de ambos se rozaran entre sí, estimulándolos al punto de que gotas preseminales salieran; Yoongi deslizó la camisa fuera del cuerpo de su perfecto colibrí, y cuando lo hizo no perdió tiempo en delinear la figura del joven que se encontraba encima de él; con movimientos torpes alcanzó la botella de lubricante que estaba en la mesita de noche a lado derecho de la cama.

Antes de seguir; Yoongi destapó el recipiente y vertió aquel líquido en sus dedos.

—bésame bebé, besa a tu señor—

Jimin obedeció sin rechistar y mientras se besaban, Yoongi guió sus dedos hasta la entrada del cuerpo que lo estaba volviendo loco. Cuando el azabache introdujo uno de sus dedos dentro de su chico; este último soltó un gemido que murió ahogado en la boca del hombre de mirada felina, el cual sonrió entre el beso, le gustaba escuchar a su bebé gemir y ver como se retorcía de placer.

Entre besos hambrientos y desesperados, el mayor introdujo otros dos dígitos en el cuerpo caliente y jadeante que tenía encima de él.

—bebé; estás listo, voy a entrar en ti—

Jimin ni siquiera entendió lo que su señor le dijo, el estaba perdido entre el calor que le quemaba por dentro y la voz profunda de su amo; que solo atinó a mover su cabeza para indicarle a Yoongi que estaba de acuerdo con lo que sea que le haya dicho.

El de ojos color chocolate de relamió los labios mientras tomaba el eje de su miembro erecto y lo guió hasta el ano del contrario y comenzó a empujarse en el.

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