No se escuchaba ni un solo sonido en el estudio, no sabía cómo abordar un tema así con su prometido pero sabía que lo tenía que hacer.
Volvió a suspirar, ya llevaba quien sabe cuántas vueltas en frente de esa puerta y aún no sabía que tenía que hacer.
Abrió solo un poco aquella barrera de madera que separaba el pasillo de la habitación, y solo logró apreciar la espalda del mayor mientras tenía los audífonos puestos y veía algo en la pantalla que tenía enfrente.
Bien, se dijo que era ahora o nunca.
Sabía que si quería la atención del pelinegro no bastaría con llevarle una merienda. Así que se adentró a la habitación con la charola con café y un pedazo de un pastel de fresas y chocolates.
Colocó la charola en una mesita que formaba parte de la decoración de la habitación y comenzó a desnudarse.
Quitó su camisa amarilla y la arrojó al sillón gris que estaba ahí junto a la mesa donde reposaba la merienda, se sacó los jeans y su ropa interior, los cuales también colocó sobre el sofá y prosiguió a tomar la charola y caminar hasta donde estaba el pálido.
Por parte del mayor, había estado pensado mucho en la actitud de su adorable novio.
Le hervía la cabeza de celos, es decir, Jimin se preocupa por Jungkook de una manera muy íntima y cariñosa, que le dolía.
No quería sobre pensar las cosas, la última vez que había hecho, las cosas habían acabado muy mal entre ambos. No volvería a dañar a su bebé de esa manera.
El olor a café le hizo saber que ya no se encontraba solo en la habitación, pero necesitaba calmarse antes de enfrentar a su colibrí, no quería hacer algo que pudiera lastimarlo.
Supuso que se su rubio se había marchado al no recibir atención de su parte.
Tomó aire llenándose del aroma de la cafeína junto al empalagoso dulce de algún postre pero con ese toque fresco de la fragancia que usaba su hombrecito.
Antes de que se levantara de su asiento para salir de ahí en busca de aclara sus ideas, ya tenía a su dulce rubiecito desnudo a un lado de él con la bandeja de la merienda.
—señor...
Algo en el cerebro de Yoongi se desactivó, dejó de pensar las cosas y su cuerpo solo actuó.
Con cuidado quito la charola de las pequeñas manos del contrario y la colocó en la mesa que tenía a un lado, tomó la pequeña cintura de su bebé y lo sentó sobre él a horcajadas.
Lo observaba con adoración, se negaba a la idea de que su dulce bebé se fuera de su lado, no lo soportaría.
—Yoon, quiero hablar contigo de algo muy importante.
El nombrado estaba hipnotizado por los bellos ojos del hombre a quien le acariciaba su cintura desnuda.
—Amor, ¿dime que me amas? Dímelo aunque probablemente sea mentira, solo dímelo.
Al pálido aún le atormentaba todo el daño que le había causado al pequeño ángel que estaba entre sus brazos.
Los ojos achocolatados no perdieron ningún detalle de cómo el rostro ajeno pasó de la preocupación al enojo, no sin antes atravesar por la confusión.
—¿en verdad crees que no te amo?
El rubio quitó las manos del pálido de su cintura y se levantó de su lugar para caminar hacia el sofá donde había dejado su ropa anteriormente para tomarla y salir de ahí.
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Señor
FanfictionEl lindo chico contaba con paciencia los minutos para que su señor llegara. Él vivía para complacer a su señor. El haría cualquier cosa para hacer feliz a su amo, después de todo el lo saco del infierno en el que vivía.