Libertad.

48 12 11
                                    

El pelinegro arrullaba al rubio mientras que su mente aún maquilaba todas las maneras en que haría sufrir a ese bastardo.

Jimin se sentía protegido entre los brazos de su hombre, y eso le daba la valentía de seguir hablando de lo que había pasado en su niñez.

—siempre que me enviaban a la casa de mi abuelo, él me cambiaba y me ponía ese horrible vestido verde, y siempre que lo hacía, él pegaba mi pene con cinta quirúrgica, las primeras veces que le decía a mi abuela sobre ello, solo recibía un sermón de que así sería mi vida de ahora en delante.

Yoongi estaba sin poder creer lo que escuchaba, ningún niño debería pasar por ese tipo de situaciones jamás y menos a manos de su familia.

—la abuela me obligaba a comer solo un cuarto de pechuga de pollo y lechuga al día y tenía prohibido comer otra cosa en mi casa, ella decía que tenía que hacer que mi cuerpo fuera pequeño; al principio no entendía el porqué, cuando se lo conté a mi mami ella me dijo que era un pequeño sacrificio que tenía que hacer por mi padre; los días en la casa de los abuelos eran horribles y lo peor era que mientras a mi me obligaba a ser otra persona, a Jungkook le exigían que siempre debía ser el mejor en todo, era un niño que no podía jugar, tenía que estudiar mucho y se equivocaba en lo más mínimo lo golpeaban, aveces lográbamos escapar y jugábamos en una parte del jardín donde casi no iba nadie.

El rubio se removía en los brazos de su hombre puesto que sentía que lo próximo en la historia iba a marcar un antes y un después en su relación.

—un día mis abuelos ofrecieron una cena para "formalizar" la unión de ambas familias y por primera vez mis padres me dejaron para pasar la noche ahí; esa noche mi abuelo me llevó a ver cómo el señor Jeon tenía sexo con una mujer que no era su esposa; en esa habitación estaba la señora Jeon golpeada, yo y mi abuelo.

El rubio se removía más en su lugar tratando de aminorar el malestar de lo que sentía al estar contando lo que le había pasado en esa habitación.

— me obligaron a ver como dos adultos tenían relaciones sexuales y en medio del acto; mi abuelo metió su mano por debajo del estúpido vestido hasta llegar a mi ropa interior; comenzó ... el, ammm~

—¿el té tocó Jimin?

—si.

El mundo iba a arder en llamas, sería un fuego que voraz que consumiría al vejete y lo reduciría a nada.

—yo no quería que me tocaran pero de pronto sentí que mi pene era mojado y succionado y ahí estaba la mujer con la que había tenido sexo el padre de Jungkook; sentí mucho asco y salí corriendo y en el pasillo vi al pequeño Jeon llorando y eso me distrajo lo suficiente para que mi abuela me atrapara y me regresara al habitación de donde había escapado, ahí me obligaron a ver cómo la mujer ahora le practicaba un oral a mi abuelo, cuando terminó me tomo de la mano y me llevó hacia donde estaba el señor Jeon y me dijo como debía practicarle un oral al señor Jeon; y antes de que me obligaran a hacérselo, la mamá de Jungkook los detuvo y me ayudó a salir de ahí; después de eso me encerré en el armario de la habitación que le pertenecía a mi padre con anterioridad.

El rubio hizo una pausa, se sentía sucio y desesperado; Yoongi lo colocó a un lado en el sofá y se levantó por una botella de agua que tenía en el frigo-bar y dársela a su prometido para despejar un poco la tensión en el cuerpo del menor.

—gracias- le dijo el de ojos claros cuando le entregó un botella del agua; a la cual le dio un gran trago.

—después de esa noche enferme y no fui a esa casa hasta el día de la muerte de la señora Jeon; ese día me encontré con Jungkook debajo del árbol donde solíamos jugar a escondidas y lo vi atando una cuerda al árbol y el otro extremo a su cuello; me dijo que él se iría con su mami, que él sería libre de la misma manera que ella.

Señor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora